Una tangana entre el Grujoan y el Juventud Estadio acaba con el entrenador visitante en el HUCA

«Me dolía un poco el ojo y tengo hinchada la parte superior de la frente. Recibí tres puñetazos por la espalda, una patada lateral, una patada voladora…me vi acorralado», relata Pablo Tomé, entrenador del Juventud Estadio, que con el parte de lesiones presentará una denuncia. «El chaval es mayor de edad y esto no puede quedar así», asegura el técnico, que según indican desde el Grujoan también será denunciado por un jugador local. «No pegué a nadie. Simplemente me defendí y me separé para intentar que no me llegasen a pegar», explica el entrenador del club de El Cristo, que afirma que el denunciado agredió a otro de sus futbolistas, que sopesa emprender acciones legales contra él.

Fuentes del club local aseguran que, una vez concluido el partido y después del saludo entre ambos entrenadores, el técnico del Juventud Estadio se dirigió a la grada con «peinetas e insultos», los ánimos se caldearon y comenzó la tangana sobre el césped en la que se produjeron las agresiones. «Fue un partido muy caliente», indican desde el club visitante. Ambas versiones coinciden en que la jugada que avivó la tensión entre dos equipos que se jugaban el ascenso en la última jornada se produjo en el último cuarto de hora de juego, con un penalti señalado que le costó la cartulina roja al portero y a la postre supuso el gol de la victoria del Juventud Estadio. En esa acción de la pena máxima también fue expulsado otro jugador de los locales por protestas.

Después de la batalla campal, que fue disuelta con la ayuda de los directivos, todavía se produjo otro conato de tangana antes de que los agentes de Policía acudiesen al estadio y contribuyesen a desalojarlo con los jugadores de ambos equipos ya cambiados. «Si el chaval me llegase a pedir disculpas, igual hasta me pensaba la denuncia», señala el entrenador del Juventud Estadio.