El Ayuntamiento de Gijón tendría que destinar más de 50 millones a los gastos del Mundial

Hay múltiples y muy variadas exigencias a los responsables municipales, como hacerse cargo de la seguridad, tanto pública como privada, embellecer los lugares de la ciudad que se encuentren en construcción y organizar un Festival del Aficionado de la FIFA. Pero uno de los que más puede llamar la atención que es El Molinón podría cambiar de nombre en función de los intereses de la competición. Eso sí, sin olvidarse de que no se podrá aplicar ningún tipo de impuesto a la FIFA ni a sus entidades colaboradoras. Es decir, el acuerdo vuelca toda la inversión en la ciudad organizadora y ninguna a los responsables mundiales del fútbol. Y todo esto hay que firmarlo antes del día 23 de febrero, es decir, dentro de diez días para entrar en la lista de ciudades que finalmente proponga la Real Federación Española de Fútbol.

El Ayuntamiento deberá tener un presupuesto anual con costes y gastos, con una relación de el cumplimiento y ejecución de sus responsabilidades, pero toda esa información debe ser facilitada a la FIFA, mediante informes financieros detallados.

La imposición de la federación es tal que, incluso, las leyes municipales especiales que sean necesarias se habrán de promulgar y conceder tras consultar con la FIFA y de la manera que ésta determine. Pero es que, además, también se exige que se conceda, expida u obtenga, de forma oportuna y acelerada, cualquier decreto, licencia, autorización, permiso, orden y decisión que sea necesario,

A los más nostálgicos les puede afectar más lo que tiene que ver con el nombre del estadio, ya que la FIFA podrá seleccionar cualquier nombre comercial o no comercial que considere apropiado para la competición. Incluso puede excluir cualquier referencia al propietario o el usuario.

Otro asunto que tendrá que tener muy en cuenta la ciudad es que las instalaciones y los espacios públicos han de ser lo más atractivos posibles y se deberá cubrir y decorar temporalmente las obras de construcción en lugares importantes, como el estadio, recinto de entrenamiento, aeropuertos, alojamientos, festivales y estaciones de tren.

La seguridad es uno de los asuntos más importantes y también de los más costosos, porque, además de la seguridad policial habitual, la ciudad tiene que garantizar escoltas policiales a los equipos, árbitros, el presidente de la FIFA y los VIP. Es más, la seguridad privada también correrá por cuenta de la ciudad y si se considera que no hay suficiente, la FIFA podrá por su cuenta contratar más incluso fuera del ámbito de la localidad.

El acuerdo entre las partes tiene un amplio apartado para la organización de lo que se llama Festival del Aficionado de la FIFA, para que los visitantes puedan interactuar con la competición y de han de proponer dos posibles emplazamientos. La FIFA quiere controlar hasta las declaraciones públicas y las ruedas de prensa en relación con la competición, como deja establecido en el acuerdo, y cualquier anuncio ha de obtener previamente por escrito su aprobación.

Hay muchísimas más exigencias que cumplir, pero el documento deja claro que la ciudad sede será la única responsable de los costes y gastos en los que se incurra y que no impondrá ningún impuesto, derecho o gravamen a la FIFA ni a sus entidades colaboradoras.