Avilés golea en diversidad

Un sueño hecho realidad cinco años después. Pocos pensaban el alcance que iba a tener la idea del Avilés Stadium de crear un equipo de futbolistas con diversidad funcional. Ahora, a unos días de que comience este domingo en La Toba la Liga Pelayo Novo que promueve la Federación Asturiana de Fútbol, esa aventura es una realidad que reúne tres veces por semana a una treintena de personas de entre 15 y 70 años de edad provenientes de toda la comarca avilesina y de algunos puntos del resto de Asturias.

El Stadium puso en marcha este equipo tras hablar con el Colegio de Educación Especial San Cristóbal y otras entidades sociales como la Asociación Rey Pelayo. El siguiente paso era conseguir a un entrenador, y ahí emergió la figura de José Mosquera, el pilar fundamental del equipo de diversidad gracias a un trabajo incansable y voluntario para reunir a jugadores, que mayoritariamente son de Avilés, Castrillón y Corvera, aunque algunos proceden de puntos más lejanos como Gijón, o El Entrego, en función de sus circunstancias personales.

«Esto empezó va a hacer cinco años, le pusimos el nombre Viviendo un sueño porque es eso, un sueño hecho realidad. Al principio eran chavalinos que no sabían jugar al fútbol y empezamos aquí como quien dice de cachondeo, hasta que nos fuimos organizando un poco con chavales de Rey Pelayo, de la escuela de San Cristóbal, Ateam, y de otras partes», asegura José Mosquera antes de un entrenamiento en el campo de fútbol 7 de El Quirinal.

El técnico nunca pensó «que íbamos a llegar nunca a competir, porque aquí en Avilés no había ningún equipo y ahora estamos en el torneo Pelayo Novo, donde quedamos segundos y terceros». La historia de sus jugadores es de superación, «tienen mucha afición, es gente muy especial, les llegas a coger un cariño enorme. Cuando empecé aquí pensé: bueno, estaré por estar un poco con ellos, pero luego dices, no puedo abandonar esto porque si abandonas, desaparece».

Su labor es voluntaria y Mosquera lamenta que la iniciativa del Avilés Stadium no tenga más respaldo institucional. «No nos hacen caso, estamos solos. Empezamos con dos o tres chavales y somos casi treinta, pero sin apoyo ninguno», asegura.

Altamiro Muñiz es el más jugador más veterano del equipo Vivir un sueño, con 67 años de edad. El fútbol no era desconocido para él antes de enrolarse en las filas del Avilés Stadium, «porque ya jugaba antes, siempre jugué a fútbol-sala, aunque nunca en un campo grande. Lo vi por redes sociales, que necesitaban gente, y dije: vamos a intentar a probar lo que sale de aquí, y cada vez vamos a más».

El ambiente en el equipo es de «muy buen rollo», aunque todos tienen un espíritu competitivo para intentar «si puede ser, ganar la Liga Pelayo Novo». Altimiro juega de defensa, posición en la que intenta emular a los jugadores del equipo que lleva en el corazón. «Soy del Oviedo cerrado, carbayón. Soy de Las Vegas, en Corvera, y mi ídolo es 'cazorlina'», destaca con buen humor.

En el equipo Viviendo un sueño hay sitio para todos y para todas. Un ejemplo es Iris Fernández, jugadora de 21 años de Piedras Blancas. «Empecé hace cinco años y hay muy buen ambiente», asegura una de las cuatro mujeres del Avilés Stadium. Su pasión es jugar por la banda, al igual que su ídolo, Lamine Yamal, en el Barcelona. Para emular su juego es muy disciplinada con los entrenamientos: «no fallo a ninguno», defiende, y presume de los ánimos que le dan en su casa, «me dicen que muy bien, que siga así».

El avilesino José Manuel Ávila tiene 41 años y es uno de los capitanes de Vivir un sueño. «Desde que empezamos vamos muy bien, llevamos dos ligas, el año pasado fuimos terceros y el objetivo es ganar todos los partidos e intentar quedar campeones de liga», aventura con ambición. Su participación en la Liga Pelayo Novo implica a toda la familia: «en casa me preguntan que qué tal lo llevamos», recuerda este centrocampista que reparte su afición por el fútbol entre el Stadium, el Sporting y el Real Madrid.