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Domingo, 11 de septiembre 2016, 19:28
No estuvo cómodo en Caudal en ningún momento del partido frente a un Real Valladolid B que aprovechó dos fallos visitantes para aumentar su renta y presionar en el área rival. Los asturianos regalaron en defensa y el Promesas vallisoletano sumó esos errores a un juego peligroso por las líneas internas.
La primera mitad del encuentro estuvo equilibrada y el Caudal forzaba faltas para evitar la incursión de un Valladolid no demasiado acertado, pero sí decidido. Los centrales del Promesas presionaban a una defensa asturiana a la que pusieron contra las cuerdas. Y es que los de Mieres llegaban a esta cita agotados por el exigente partido al que se enfrentaron el miércoles pasado, en copa.
Justo antes del descanso, Iván Ania, molesto con la actitud de Saavedra, decide cambiarlo por Herrera ante la posibilidad de que le expulsaran y jugaran el resto del partido con uno menos en el campo.
Con el empate se fueron a vestuarios, pero el descanso les sentó peor a los asturianos, a tenor de lo visto sobre el terreno de juego en la segunda mitad. Fue, prácticamente, un monólogo vallisoletano. Los blanquivioletas jugaban a sus anchas en el área visitante, aunque la realidad es que les faltaba acierto y la defensa del Caudal puso de su parte.
Se sucedían las faltas en el centro del campo y los saques de esquina. Mientras el Promesas intentaba marcar a balón parado, los de Iván Ania cumplían un buen papel despejando en el juego aéreo. Durante los primeros minutos de la segunda parte demostraron que, cuando vienen mal dadas, defienden su fortaleza con el cuchillo entre los dientes.
Annunziata y Beto fueron dos de los mejores guardeses de la fortaleza asturiana de la que se hacía cargo Chechu con habilidad. Para muestra el momento en el que, mediada la segunda parte, el portero del Caudal atrapó hábilmente un balón envenenado que enviaba el Valladolid tras un saque de esquina.
No parecía tener nada que hacer el equipo asturiano ante la presión de los locales. Pero lo hicieron. Evitaron todas las ocasiones que generaban, hasta el punto de que el Promesas se puso nervioso ante la evidencia de que sus jugadas no remataban.
Finalmente, Martín envió al fondo de las mallas el gol de la victoria para el Valladolid tras un saque de puerta mal encarado. Ahora, el Caudal se prepara para corregir errores y para su próximo reto importante el domingo frente a Osasuna.
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