iván álvarez
Sábado, 6 de diciembre 2014, 18:52
Un postrero tanto de Polo decidió el derbi gijonés y dio los tres puntos al Ceares en un disputado duelo con aroma a fútbol de antaño. El remate certero del ariete formado en el Veriña sobre la bocina fue el colofón a una contienda vibrante, con dosis de épica sobre un terreno de juego embarrado que siempre caracterizó al balompié norteño.
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El duelo que abría la jornada en la tercera división asturiana se iba a ver condicionado por las condiciones climatológicas, que habían convertido a Santa Cruz en una piscina de barro que iba a obligar a un despliegue de tesón sobre el rectángulo de juego para obtener el botín de los tres puntos. El Ceares quería poner fin a su racha de empate, pero el Gijón Industrial iba a vender cara su derrota. Desde el pitido inicial, los locales buscaron con más ímpetu la portería rival y aún no se había cumplido ni un minuto de juego cuando dispuso de una doble ocasión en las botas de Natan y Jony que repelió la zaga del conjunto dirigido por Miguelín.
Javi Manín, estuvo a punto de inaugurar el marcador, pero su remate se fue desviado por poco, minutos antes de que, en un saque de esquina favorable al conjunto local, Beni estuviese a punto de introducir el cuero en su propia portería en un intento de despeje. Le costó al Ceares sacudirse el dominio inicial y su primer acercamiento se hizo esperar. Fue a cargo de Bryan, que cabeceó un servicio lateral por encima de la meta defendida por Roberto. Al filo del descanso, los locales gozaron de una buena ocasión para romper la paridad en el marcador, pero desperdiciaron el libre directo al borde del área.
Tras la reanudación, las ocasiones de peligro comenzaron a escasear sobre un terreno de juego que fue empeorando para dificultar a los futbolistas la tarea de mantener la verticalidad. Pese a ello y, ante la pasión de dos aficiones entregadas, ambos conjuntos no escatimaron esfuerzos en la búsqueda del triunfo que lograra satisfacer a su hinchada. El conjunto local se quedó en inferioridad numérica en el minuto 69 cuando Charly vio su segunda cartulina amarilla de forma absurda, pero no la acusó y continuó generando peligro en las jugadas de estrategia. Ya en tiempo de prolongación, cuando todo apuntaba a que el duelo iba a finalizar en tablas, un centro de Aitor fue cabeceado por Polo al fondo de la portería defendida por Roberto para dar el triunfo al Ceares y cerrar un derbi cargado de pundonor que hizo recordar a choques de otra época.
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