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ANDRÉS MENÉNDEZ
GIJÓN.
Jueves, 24 de octubre 2019, 04:31
El hartazgo de las jugadoras de la Primera División ha derivado en la decisión firme de convocar una huelga definitiva. Se trata de una medida que llega tras más de un año de espera y que busca acabar con el bloqueo de la firma ... del primer convenio colectivo en la historia del fútbol femenino. «Es triste llegar a este punto, pero vamos a la huelga », asegura Ainhoa Trapu, guardameta del Athletic Club de Bilbao y vicepresidenta del Comité de Fútbol Femenino de AFE, cabeza visible de una decisión que distintas deportistas analizan para EL COMERCIO y que consideran puede marcar «un punto de inflexión».
Tras muchas conversaciones, las posturas de la patronal y de los sindicatos siguen alejadas, en aspectos como el salario mínimo anual o la parcialidad. El parón en competición no se hará efectivo aún este fin de semana, aunque desde la AFE ya se baraja una fecha para comenzar la huelga: 16 y 17 de noviembre. La decisión de las jugadoras de Primera (con el apoyo del 93%) han encontrado respaldos para combatir la discriminación en el deporte femenino. «Llevan muchas reuniones reclamando igualdad y parar es la única solución», sostiene la gijonesa Sara Lolo, capitana del Telecable Hockey. «Ahora la ola es muy grande. Si no establecemos una base sobre la que ir creciendo la ola se va a parar y seguramente vaya hacia abajo», avisa Tirapu, compañera en el Athletic de la asturiana Lucía García, que declinó ofrecer su punto de vista.
«Han tomado una decisión muy valiente», insiste la concejala del PP Ángela Pumariega. La campeona olímpica en Londres muestra su apoyo a las jugadoras. «Muchas veces los deportistas son marionetas de la Federación», asegura Pumariega. «El fútbol femenino tiene más visibilidad y pude servir de ejemplo», reitera la regatista. «Tenemos que reivindicarnos todos y la mejor forma es parando de competir», apoya la guardameta del Liberbank Fanny Ruiz. «La Asociación de Clubes ofrece una jornada mínima de 20 horas semanales y 16.000 euros brutos al año. Las futbolistas exigen una parcialidad del 75%, 30 horas en la suma de la semana. «Somos futbolistas el 100% de nuestro tiempo», reitera Tirapu, quien no entiende «que digan que es inviable». «No pedimos más que el salario inteprofesional», insiste. «Solo espero que no les afecte parar. Que no sean ellas perjudicadas», apunta la surfista Lucía Martiño. «En el surf la discriminación poco a poco es menor. Se han equiparado los premios en los campeonatos», apunta Martiño, que sigue observando desigualdades, sobre todo a la hora de poder acceder a un campeonato.
En principio, la huelga no afecta al fútbol femenino asturiano. Sporting y Oviedo compiten en Segunda División y esta huelga, según señala la AFE, no afectará «a corto plazo» a la 'Liga Reto'. El consejero del club rojiblanco Fernando Losada sostiene que «la huelga no es solución» aunque reconoce que «hay que continuar trabajando en la regulación y en la protección jurídica de las relaciones laborales de las jugadoras en busca de una base sólida y viable a largo plazo». José Moro, presidente del Oviedo Moderno, asegura que la postura del club azul será de «unidad» con el objetivo de «avanzar en el fútbol femenino».
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