Charo Peña volverá a disputar el título de Miss Universo fisioculturista

No obstante, a diferencia de lo sucedido entonces en la localidad lusa, esta vez Peña no concurrirá a la categoría de parejas, sino únicamente a la 'fitness', la penúltima en cuanto a desarrollo corporal de las que contempla el reglamento actual, antes de alcanzar la propia del culturismo puro. De hecho, esa misma modalidad será a la que concurra a finales de noviembre, los días 27 y 28, en el marco del certamen Hercules Olympia, y que la llevará de nuevo a Estoril.

Cuando falta menos de un mes para el primero de sus dos grandes momentos de este año, Peña pasa las jornadas que la separan de Miss Universo sumida en una rutina de dieta severa y duros entrenamientos. «Lo estoy pasando mal; sobre todo, por la alimentación», confiesa la fisioculturista, acostumbrada al sacrificio de dicha disciplina. «Ahora mismo mis comidas son ochenta gramos de pollo, o cien de pescado; eso es medio filete, pero es lo que toca».

Sin embargo, es la ilusión, y no la resignación, la que empuja a la corverana a seguir adelante en esta vuelta a los circuitos competitivos. No en vano, hasta la fecha, además del segundo puesto logrado diciembre, ha participado en dos campeonatos de Asturias, otros dos del norte peninsular y dos más nacionales. Ahora, en cambio, su meta está clara: lograr la ansiada medalla de oro internacional.

«La iniciativa y las ganas las llevo, y daré mi mejor versión de mí misma, aunque en esta disciplina influye mucho cómo sean tus competidores», reconoce Peña. Y es que, al tratarse de una modalidad deportiva que gira exclusivamente en torno a la exhibición y al culto al cuerpo, a menudo se dan factores genéticos con los que es difícil lidiar. «En la categoría 'fitness' no hay diferenciación por edades o tallas, como en las anteriores. Eso significa que si, por mucho que entrenes, se presentan personas más altas, o con una estructura corporal muy buena, llamarán más la atención», concreta.

Con la mirada puesta en ambas competiciones, Peña parece haber encontrado su lugar deportivo, que compagina con sus entrenamientos de karate y con el estudio de pilates que regenta en Las Vegas. Y, por el momento, no se plantea ascender y abrazar el culturismo más puro. Más allá de los sacrificios que pudiese entrañar, «en el culturismo hay muy pocas mujeres a día de hoy, y ganar por ser la única no tendría mérito. Además, lo veo menos femenino que el 'fitness'».

Atrás quedan ya los duros meses de la pandemia, en los que resultó prácticamente imposible la preparación, y que, en la práctica, supusieron el descuelgue de un buen número de deportistas. «El fisioculturismo vuelve a estar en auge, pero mucha gente, a fuerza de no poder entrenar, lo abandonó. Para esto no bastan dos gomas de gimnasia».