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laura gonzález
Sábado, 2 de enero 2021, 02:20
Antes de que el jugador de la NFL Colin Kaepernick hincara la rodilla en 2016 en pleno himno de Estados Unidos, como protesta por la violencia policial ante los ciudadanos de raza negra, germen del ya famoso movimiento 'Black Lives Matter' que tomó después las calles y otros escenarios deportivos, como las canchas de la NBA, hubo una deportista que se atrevió antes que nadie a denunciar esta situación en plena pista: Ariyana Smith.
Fue en noviembre de 2014, con 19 años, siendo jugadora del Knox College, antes del inicio de un encuentro de la liga universitaria frente al Fontebonne de Missouri. Cuando comenzó a sonar el himno de EEUU se acercó a la bandera que ondeaba en el polideportivo, con las manos en alto, como pidiendo tregua, no ser disparada, poniéndose de rodillas. Luego se tiró en la pista durante cuatro minutos y medio, pese a que su entrenador, que no daba crédito a lo que estaba viendo, le pedía insistentemente que se levantara.
Cuando pasó el tiempo abandonó el lugar con el puño en alto, rechazando jugar el partido. Su protesta hacía referencia a la reciente muerte de Mike Brown, un joven afroamericano de 18 años que había sido asesinado a tiros por un oficial de policía en la ciudad de Ferguson. Este alegó que había actuado en defensa propia, por lo que no fue procesado. El cuerpo sin vida del chico permaneció cuatro horas y media tirado en la calle.
Estudiante de tercer año en la Universidad de Galesburg, en Illinois, Ariyana Smith reconoció poco después que su conciencia no le permitía «fingir que todo estaba bien». «No podía entrar al pabellón y jugar como si nada. Sabía que sorprendería a todos con lo que iba a hacer, que les molestaría, pero no podía dejar que eso me detuviera. No podía ir allí y no reconocer el sacrificio que habían hecho los manifestantes en las protestas. Para mí lo que hice fue absolutamente respetuoso. Decidí que era el momento de ponerme yo en primera línea de la pelea. Tenía que ser responsable».
«Plegaria por la vida»
Todo esto tuvo consecuencias para ella, ya que fue inmediatamente expulsada del equipo. Sus compañeras le apoyaron y mostraron sus solidaridad con ella. «Lo que hizo fue valiente y noble», expresaron las demás jugadoras en un comunicado. La Universidad terminó levantando la sanción pero su protesta le terminó pasando factura, propiciando el temprano fin de su carrera en el baloncesto, al no ser convocada por el equipo en la siguiente temporada.
Hace poco Smith recordaba todo esto en una entrevista en 'thenation.com'. «Simplemente sentí la necesidad de llamar la atención sobre lo que había pasado por la muerte de Brown. Lo que hice fue una plegaria por la vida», afirmó, reconociendo que se había propuesto llevar a cabo algún gesto o protesta para «molestar los ánimos de quienes no reaccionaban» frente a un hecho como ese, «para romper el estatus». «Yo creo que lo logré», asumía satisfecha.
Ella se mantiene en la misma lucha, congratulándose de que muchos más deportistas hayan dado un paso al frente en los últimos meses. «Me alegra que utilicen sus plataformas para alzar la voz. Siempre nos dicen que solo nos centremos en lo que pasa dentro de la cancha pero podemos también luchar fuera por lograr un mundo mejor».
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