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Este final infernal, que se asfaltó para la primera y única vez que la Vuelta a España osó retar su cumbre allá en el año 2012 y al que hasta entonces solo se podía acceder con un vehículo todoterreno, añade 395 metros más de altitud ... y supone 19,4 kilómetros de ascensión con un desnivel medio de 6,9%. Llegado el Cuitu Negru, todo se volverá orden. Los impacientes pagarán sus prisas. Pulmones vacíos, piernas deshechas, mareos, ilusiones desvanecidas. Será el juez de la carrera y también vehículo de promoción para Asturias y, más concretamente, para Lena.
Será, según ha podido confirmar EL COMERCIO, uno de los dos finales asturianos de la Vuelta a España 2024, uno de los grandes colosos de esta nueva ronda española que se presentará el próximo martes en Madrid, sede de la organización Unipublic y escenario del final de la carrera, y que arrancará en Lisboa el 17 de agosto de 2024 -segunda salida en Portugal- y finalizará también en la capital del España el 8 de septiembre.
El diseño de esta nueva Vuelta a España es claro. Un llamamiento al espectáculo, sin apenas espacio para el respiro. El Cuitu Negru no es un puerto nuevo, pero sí duro, durísimo, al igual que los Lagos de Covadonga, escenario final de la otra de las etapas asturiana de la próxima edición de la ronda española, que, aunque sonará a todos los amantes del ciclismo, puede sorprender a más de algún corredor, además teniendo en cuenta el factor fatiga.
Porque el Cuitu Negru es una prolongación de 3,2 kilómetros del puerto de Pajares y de las rampas del Brañilín. Este pico sitúa la meta a 1.850 metros de altitud, con pendientes de 12,3% de media, que a veces alcanzan el 22% de inclinación. Su inclusión convertirá esta subida, pendientes aún de descubrir cómo de cargados llegarán a ella los ciclistas, en un recorrido casi infernal.
Esos tres kilómetros de extensión de Pajares, tan comentados, tan estudiados, tan esperados, lo convierten en uno de los grandes colosos de referencia para el mundo del ciclismo. Un ascenso feroz. De esos que acaban con los ciclistas. Será nuevo juez de una carrera, tras años de hibernación, para ese tipo de escaladores ligeros, reyes de la relación potencia/peso, muchos de ellos protagonistas de grandes gestas en las principales carreras de referencia. Para esos que palpan el viento, preparan sus piernas y aguardan con cada latido de su corazón el momento para atacar sin perdón. Porque subir a lomos de una bicicleta y con desarrollos de carretera por cuestas que llegan a alcanzar el 20% de desnivel, pertenece, digan lo que digan, a otro género de cosas.
Se trata de una verdadera pared para coronar una subida, como la de Pajares, ya de por sí exigente. «Salvando L'Angliru, posiblemente sea, de los puertos de última generación, esos que superan el 20%, el más duro porque, sencillamente se accede después de Pajares y Brañilín, dos subidas entrelazadas», explica el exciclista Santi Pérez. «Además, dependerá de lo cargada de montaña que venga la etapa», advierte. Sin duda, será la oportunidad de los más 'inquietos' para dar un golpe de efecto. «Hubo algunos años en los que, antes de este tipo de subidas, había etapas ligueras, que hacían que estos colosos no lucieran. Pero en Asturias tenemos todas las posibilidades antes, como la Cobertoria, por el lado de Proaza, y más por la zona de las cuencas...», afirma el moscón.
«Será un duro final en el que van a sufrir mucho los favoritos en la Vuelta». Así defenía Miguel Induráin al Cuitu Negru, el 'techo' de la Vuelta a España 2012. Y así fue. Un final terrible para una etapa terrible que, en una pista estrecha, apenas metro y medio para bandear la bicicleta de uno a otro lado, coronó por un día a Dario Cataldo, que entró boqueando, sin fuerza para celebrar su triunfo. «He ganado la etapa más dura», afirmó el italiano. Pero el duelo real se vivió metros atrás. Un pulso entre Alberto Contador y Joaquim Rodríguez que se llevó este último blindando, al menos momentáneamente, el maillot rojo.
Un nombre, el del Cuitu Negru, en definitiva, que apela a la esencia de este deporte, también a la entrega de sus protagonistas, cuya leyenda continuará escribiéndose en 2024 con hazañas de valentía y decisiones de temeridad.
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