La Cruz de Linares, el nuevo devorador asturiano de estrellas

Será, en cualquier caso, otro de los puertos inédicos de la Vuelta a España 2023. Y, en esta ocasión, se subirá por partida doble. Se trata de un puerto nuevo y duro que puede sorprender a más de algún corredor, además teniendo en cuenta el factor fatiga tras la llegada ayer a L'Angliru.

Los corredores iniciarán la subida después en San Andrés para pasar por Castañeo del Monte antes de llegar a Linares. Son ocho kilómetros de ascensión, con un desnivel medio del 8,7%, cuyos tramos con mayor dureza alcanzan el 17% de desnivel, con una cima a 800 metros de altitud. Pero no será la única 'piedra' de la jornada de hoy. Previamente llegarán el Alto de las Estacas (5,1 kilómetros al 6,7%), el Puerto de San Lorenzo (10,1 kilómetros al 8,6%), con rampas al 15%, y el explosivo Alto de Tenebredo (3,5 kilómetros al 9,4%).

El hechizo de La Cruz de Linares se destapará hoy mientras los ciclistas sufren una atroz dureza y quedan desperdigados por sus cuestas. Tiene algo que le convertirá a partir de esta edición de la ronda española en uno de los grandes colosos de referencia para el mundo del ciclismo. Un puerto feroz. De esos que acaban con los ciclistas. Será nuevo juez de una carrera con dominio abrumador por parte del equipo Jumbo.

A la etapa durísima con final ayer en L'Angliru se suma otra de parecido perfil. «La tercera semana va a decidir todo», había dicho Kuss, que en las rampas del coloso riosano mostró algo de debilidad y que fue castigado por su propio compañeros.

«Todos los años queremos proponer algo nuevo. Lo hicimos el año pasado con Fancuaya y ahora llega la Cruz de Linares. Nos enamoramos de este puerto por su riqueza deportiva, sus vistas y también por tener un final de etapa cerca de Oviedo», afirma el director general de la Vuelta a España, Javier Guillén.