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El proceso electoral en la Federación Asturiana de Balonmano culminó ayer con la proclamación de Juan Arribas García (Gijón, 1967) como nuevo presidente, en sustitución de Manuel García de la Cámara tras dos décadas en el cargo. Horas antes de reunirse oficialmente por primera vez ... con su junta directiva, Arribas atendió las preguntas de EL COMERCIO.
–Ha nombrado una amplia junta directiva, con distintos ámbitos de trabajo.
–El objetivo es abarcar un amplio espectro que antes no se abarcaba, con gente joven y la inmensa mayoría directamente relacionada con el balonmano desde hace muchísimo tiempo. Luego, otros indirectamente relacionados pero también con interés y con ganas de ayudar al balonmano. Aunque en una junta directiva, en principio, todos tenemos una opinión común sobre las cosas, queremos darle a cada uno su responsabilidad.
–De ahí tanta área de trabajo.
–Es más, hay áreas que nunca se han tocado y que entran por fin en el organigrama de la Federación, para que tengan su relevancia. Vamos a tener responsable de balonmano playa, del área técnica femenina, de veteranos, de representación de los jugadores y de las familias. También una persona responsable del balonmano inclusivo, otra de competiciones y de organización, que es el vicepresidente deportivo. Una persona será responsable de toda la parte normativa que hay que actualizar, con especial atención a todos los protocolos de menores, de violencia de género y de hacer un portal de transparencia, donde puedas ver quiénes son los directivos, cuál es su currículum, cuáles son los contratos que la Federación tiene, quién cobra, cuánto cobra y por qué lo cobra. Habrá un responsable del balonmano base, de cara a empezar a trabajar con las nuevas generaciones, así como un responsable del área jurídica y un jefe de los servicios médicos. Pienso que es una junta bastante completa, lo que no quita que en un momento dado nos demos cuenta de que falta alguna cosa y la incluyamos.
–Parece que la forma de trabajo será poco presidencialista.
–Está claro. El presidente tiene que tener unas funciones pero no puede estar teniendo que decidir y teniendo que influir en todo. Es verdad que las grandes pinceladas las tiene que dar el presidente porque es el responsable último, pero hay cien mil pequeñas cosas que ir haciendo todos los días y si tú confías en una persona para que sea responsable de eso, pues para eso es.
–¿Cuáles serán sus primeros pasos ?
–El traspaso de poderes no ha sido fácil y solo queremos mirar al pasado para ver qué es aquello que no queremos repetir. Lo que quiero es rodearme de gente competente que me diga cuándo me equivoco y poder rectificar y no rodearme de gente que me diga que sí a todo y que me haga perder la noción de la realidad. Es una de las cosas del pasado que hay que tener en cuenta. Y otra es no perder el foco de lo deportivo. La Federación está para organizar, para promocionar, para regir los destinos del balonmano, pero del deporte. Y a veces se pierde el punto de vista. Estamos muy preocupados de que los chicos y las chicas que están en las Selecciones tengan la mejor formación posible y sus entrenadores también. Queremos no sea solo ir a jugar un campeonato, sino que puedan adquirir conocimientos y calidad técnica, e incluso personal, a la hora de afrontar una competición. Y los entrenadores igual, que sean gente joven que quiera crecer y que esa experiencia les haga madurar, dar un paso más. Desde el día uno, tenemos que llamar a las instituciones, colegios y clubes que nos puedan proporcionar instalaciones para entrenar.
–Lo más inmediato es el Campeonato de España de Selecciones, que se disputa en un mes.
–Tenemos un compromiso muy importante, porque de las seis selecciones, solamente una, la juvenil masculina, compite en primera división y el resto, las otras cinco, parten de segunda. El objetivo es subir de categoría, pero es muy exigente porque tienes que ganarlo todo. Va a ser duro, pero estamos ilusionados.
–Prometió mejorar las condiciones en las que las Selecciones acuden a este Campeonato.
–Cada selección va a ir con 16 jugadores o jugadoras, en vez de los 14 con lo que se iba. Tenemos confirmados un primer y un segundo entrenador por cada Selección y tenemos dos fisioterapeutas para ir tanto a los entrenamientos como a los partidos amistosos, como luego al Campeonato. Y luego haremos algo muy importante, que es la promoción y hacerlo en el mismo lenguaje actual de la gente.
–A lo largo del proceso electoral, ¿qué le han pedido lo clubes?
–Como nos los recorrimos todos y había tanto por hacer, tenemos una lista enorme. A los clubes les preocupan dos cosas, las deportivas y las económicas. En cuanto a las deportivas, necesitan más promoción, más formación para los entrenadores, que hay que trabajar con ellos, hacer clínics, cursos de reciclaje. Vamos a reforzar la escuela de entrenadores y la parte didáctica. Y luego nos reclaman revisar las maneras de competir en la iniciación. Ahora se imita el juego de los adultos y hay cosas que tendrán que ser así por las normas de los Juegos Deportivos del Principado, pero podemos buscar otros sistemas más flexibles, de concentración, ver que están haciendo otras federaciones, y si hay que cambiar algo, cambiarlo.
–¿Y en lo económico?
–Nos piden rebajar los costes. Tenemos que mirar de qué manera se puede hacer buscando las opciones más económicas para las licencias, los precios de los cursos y de un montón de cosas. Al final parecía la Federación era un ente recaudador y no podemos dar esa imagen. No podremos ser muy radicales en eso sin saber la situación en la que está la Federación, pero sí tenemos la voluntad de hacerlo todo más económico. Y luego también trabajaremos el tema de los patrocinios.
–¿Qué planes tiene para el Comité de Árbitros?
–Por suerte, en este periodo los árbitros no eran el principal problema, porque es de las partes que funciona bien del balonmano asturiano. Tradicionalmente, desde hace muchos años, una de las glorias de nuestro deporte fue el arbitraje, pero está claro que hay alguna cosa que tenemos que mejorar en cuanto a la captación y al acompañamiento. Tenemos que crear una escuela de árbitros y, que los chavales y las chavalas que empiezan no se encuentren solos. Hay que mejorar las charlas técnicas semanales para volver lo que decía un árbitro antiguo de que no solamente hay que saber arbitrar, sino que hay que saber dirigir los partidos y, en eso, los veteranos tienen que acompañar a los jóvenes. También me haría ilusión que una mujer asturiana llegue al arbitraje de alto nivel, que es algo que nunca hemos tenido. Ahora hay una docena de árbitros jóvenes, que con apoyo y ayuda, pueden llegar arriba. Aún así son pocos y hacen falta más.
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