«Es duro tener que asumir el dejar de jugar, pero seguiré ligado al Toscaf»

«No lo quieres ver, porque es algo que te gusta mucho, pero una vez que conocimos el diagnóstico de Campa, tanto Juan -Muñiz- como yo tuvimos una charla y ambos llegamos al mismo punto. Ni él quería que yo jugara más ni yo podía arriesgarme. Cuatro operaciones son muchas, para la tercera ya había esperado bastante y tengo que empezar a asumir esta nueva etapa», comenta con la madurez que le caracteriza el protagonista.

Entre su última operación y la covid, Jaime había estado dos temporadas sin competir. En pretemporada volvió al día a día del equipo y «poco a poco ya estaba cogiendo la forma. Me veía cada vez mejor y estaba adaptándome a la posición de extremo, donde no jugaba desde niño. Jugué varios partidos sin problemas, pero contra el Vetusta vino la lesión y en cuanto la noté supe que era el final. Sabía que corría un riesgo al volver y parece que la rodilla dijo que hasta aquí», lamenta.

Tras una primera exploración del doctor Campa, quien «ya está acostumbrado a tratarme», la rotura de ligamento parecía clara, aunque no se podía practicar una resonancia debido a la inflamación. Antes de conocer el diagnóstico definitivo, Jaime prefirió hacer un viaje para despejar la cabeza e ir asumiendo sus próximos pasos. «Seguiré cerca del equipo, porque somos un grupo muy unido y llevo toda la vida con ellos, tanto jugadores como entrenadores. Son lazos imposibles de cortar», sostiene. De cara al futuro, «me planteo sacarme el carné de entrenador y poder ayudar, aunque habrá que ir viéndolo año a año».

El avilesino sabe el duro camino que le queda por delante para volver a recuperarse, aunque apoyará al equipo desde la grada «siempre que pueda. Es verdad que este verano ha habido cambios importantes en la plantilla, pero el equipo entrena muy bien, está jugando mejor de lo que indican los resultados y pienso que si cogemos pronto confianza podemos ganar a cualquier equipo de la Liga. Por trabajo y esfuerzo no va a quedar», asegura.