El Balonmano Gijón tendrá que recomponer otra vez más su plantilla en lo que parece un obligado 'modus vivendi' para una más que necesaria supervivencia. Será por tercer curso consecutivo después de haber alcanzado la permanencia en la División de Honor Plata femenina tras confirmar la semana pasada la Federación Española la suspensión definitiva de todas las competiciones. Cabe señalar que el club gijonés, con más de tres décadas de historia, es el que, por el momento, estuvo más campañas en la máxima categoría, pero desde hace tres, con el añadido de dos cambios en la presidencia, perdió todo el potencial que atesoraba su plantilla.
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Con la llegada el verano de 2017 del técnico Rodri Llordén, que tomó el relevo de Manolo Díaz, el 'siete' blanquillo se quedó sin las jugadoras clave de ejercicios anteriores que incluso habían luchado por el ascenso, casos de Ione, Estefanía Parapar, Miriam Cortina, Andrea Carbajal, Lupi, Carlota, Marta, Natalia y Patricia, entre otras. Además, algunas de ellas jugaron en equipos de la División de Honor. El citado Llordén, con un equipo repleto de jugadoras muy jóvenes y totalmente inexpertas, consiguió con éxito mantener la categoría hasta que Raúl Vallejo recogió el testigo en junio de 2019 con la ausencia de nuevo de pilares fundamentales del conjunto como la meta Alba Martínez, Laura Rivas, que se fue al Liberbank Gijón, y Nadege Moronfolu.
Pero el preparador gijonés, que contó con la ayuda de Vitorón en el banquillo, obró nuevamente el milagro pese a que la tarea se antojaba casi imposible con las mencionadas ausencias. «Logramos una digna clasificación, dejando a tres equipos por debajo en una temporada difícil con numerosos problemas», explica Vallejo.
De cara al próximo curso, la dificultad será aún mayor, porque la continuidad de Guti y de la internacional júnior Sandra Vallina está en el aire por motivos de estudios, además de que Elena Capelastegui y Sandra Gallego tienen que recuperarse de sus respectivas lesiones. Sin duda se trata de cuatro pilares básicos con vistas a seguir una año más en la categoría de plata. Según Vallejo, que incorporará al equipo a las juveniles Zoe, María Blanco, Catherine Peláez y Laura Antuña, «tendremos que volver a reinventarnos y tratar de mantener las piezas clave en el 'siete' para intentar mantener de nuevo la categoría».
La cantera sigue siendo uno de los puntos fuertes del Balonmano Gijón. En sus más de treinta años de existencia ha sido el club asturiano con mayor número de títulos regionales de base cosechó y más medallas en los Campeonatos de España, sin olvidar que aportó numerosas jugadoras a los distintos equipos nacionales y regionales. Pero la cantera no es a veces suficiente para competir en una categoría semiprofesional como es la División de Honor Plata femenina. Pero la entidad gijonesa no arroja la toalla.
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