Ya era leyenda del baloncesto español y de Los Angeles Lakers pero esta pasada madrugada no solo convirtió en oficial la distinción sino que añadió la eternidad al '16' de la franquicia dorada con la que logró dos anillos de campeón de la NBA. Pau ... Gasol (Barcelona, 1980) se hizo inmortal en el equipo púrpura y oro después de entrar en el selecto grupo al que pertenecen Magic Johnson, Shaquille O'Neal o Kobe Bryant, cuya prematura muerte agrandó a un mito que para el de Sant Boi fue un hermano y con el formó una dupla temible que llevó a la gloria al conjunto angelino. «Me inspiró, me enseñó lo que hacía falta para ser el mejor jugador posible con su ética de trabajo, dedicación, mentalidad y esfuerzo. Me desafió a ser mejor. Le echo mucho de menos. Ojalá estuviera aquí», expresó el catalán momentos antes de que fuera reconocido su legado en una ceremonia para la historia.
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En la metamorfosis hacia la eternidad el conjunto con más glamour de la NBA eligió un partido especial y emotivo que enfrentó al equipo local ante Memphis Grizzlies, plantilla a la que aterrizó Pau en EE UU, en el que también triunfó, y en el que además jugó su hermano Marc. Un cóctel de emociones que vivió su punto álgido a las cinco y ocho minutos de la madrugada hora española, en el descanso del duelo, aunque ya en la previa una marea dorada, con camisetas amarillas y el '16' a la espalda en cada uno de los asientos del estadio hicieron de aperitivo para el tributo al longitudinal jugador que salió campeón del Staples Center en 2009 y 2010.
Aún no había pronunciado ni una sola palabra pero su rostro ya estaba mojado por las lágrimas después de que durante el partido se fueran viviendo momentos sensibles con grabaciones en el videomarcador como la de Derek Fisher, Sasha Vujačić, Ron Artest recordando el inolvidable partido 7 ante los Celtics en 2010, o del gran 'maestro' Phil Jackson -ganador de 11 anillos NBA. Las ovaciones a Pau se sucedieron con un público entregado a la causa. El catalán, visiblemente emocionado y con su hija en brazos, se levantaba a saludar. «Fuiste un soplo de aire fresco para nuestro equipo», expresó su exentrenador.
Quien marcara un antes y un después en el baloncesto español bajó al centro del campo, con traje azul marino y corbata oscura, donde bajó escoltado por toda su familia: Su mujer Catherine McDonnell, sus dos hijos pequeños -Elisabet Gianna y Max, sus padres, Agustín y Marisa, y sus hermanos Marc y Adrià. Le costó aguantar las lágrimas mientras Vanessa Bryant le presentó con un vídeo de su difundo marido. Una lona negra destapó su camiseta para elevarlo a su olimpo particular. «Gracias por hacerme sentir tan especial en esta franquicia. Ese trabajo que pusimos sobre la mesa. Ser mejores cada día, como nos enseñó 'Mamba'», explicó emocionado Pau. Y, por supuesto, recordó a su familia. «Gracias a mi familia, amigos, hermanos, todos. A mi mujer, a todos», relató. «Ha sido un honor. Gracias a la familia de Lakers. Os quiero a todos. Gracias por hacerme sentir especial. Es un honor. Jamás imaginé que un día así pudiera llegar». Tuvo también unas palabras para los medios y para todos los que tuvieron algo que ver con su carrera. «No esperaba tanto, mucho más de lo que di. Gracias».
El exjugador, que siempre ha mostrado una importante conciencia social, no se marchó si antes prometer seguir luchando. «Seguiré dedicando mi vida en impactar a los demás y hacer la diferencia. Inspirar y ayudar para hacer de este mundo un lugar mejor, más sano, más limpio y que paso a paso sigamos avanzando», concluyó en el discurso de su gran noche.
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Su camiseta, colgada al lado de la '24' de Kobe -su 'hermano' en la cancha y fuera de ella - justo debajo del Showtime: Worthy, Magic y Kareem. Una compañía legendaria en el firmamento angelino. Gasol posaba en el centro de la cancha con Jeanie Buss -propietaria de Lakers-, Vanessa Bryant, Rob Pelinka -director deportivo de Lakers- y toda su familia. La carrera del catalán ha superado todos sus sueños y expectativas. «Desde niño tenía el sueño de jugar en la NBA, nunca, en un millón de años, pensé que este momento sería posible, tan enorme honor, estar con personas tan importantes en una franquicia tan increíble. Esto te dice que no hay que ponerse límites a lo que puedes hacer, lo que puedes conseguir, tienes que tratar de ser lo mejor que puedas ser», reflexionó el exjugador momentos antes del homenaje en una sala de prensa repleta de medios.
Pocos jugadores existen en el cielo del pabellón de los Lakers. Que a uno el retiren el número de la camiseta de la NBA es un reconocimiento histórico, que lo hagan los Lakers es dar un paso más allá del juego, y metamorfosear de estrella a leyenda. El '16' quedó inmortalizado en el hoy Crypto.com Arena, para la franquicia de la NBA por excelencia del último medio siglo. Allí están los nombres que escribieron páginas de gloria en el conjunto púrpura y oro. Ahora, aquel chico de Sant Boi que quería estudiar medicina para emular a su madre, Marisa, es el primer no estadounidense en estar ahí. Una proeza para quien muestra la excelencia en la cancha y fuera de ella, por sus éxitos y «su ejemplar labor social», tal y como indicó en su día el jurado de los Premio Princesa de Asturias de los Deportes.
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Pau estuvo muy bien acompañado en su gran noche y como no podía ser de otra manera lo vivió rodeado de sus familiares más cercanos y muchos amigos llegados desde España. Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes, José Manuel Calderón y Raül López acompañaron al jugador. Los 'Juniors de Oro', la mejor generación de jugadores españoles de todos los tiempos, estuvo en Los Ángeles 25 años después de aquel Europeo logrado en la ciudad búlgara de Varna en 1998. El principio de todo.
Los Lakers, el equipo con más títulos de la NBA junto a los Celtics (17), han retirado la camiseta de 10 jugadores. Por orden cronológico: George Mikan (99), la primera gran estrella de la NBA, Elgin Baylor (22), Wilt Chamberlain (13), Jerry West (44) y Gail Goodrich (25, estrellas de los años 60 y principios de los 70; Jamaal Wilkes (52), Magic Johnson (32), Abdul-Jabbar (33) y James Worthy (42), campeones en la era de los 80, el famoso 'showtime', Shaquille O'Neal (34) y Kobe Bryant (8 y 24), ganadores de anillos en la primera década del siglo XXI.
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Y desde esta madrugada Pau Gasol, tal y como predijo su 'hermano mayor', la 'mamba negra' durante la gala de los Oscar de 2018: «Cuando se retire tendrá su número junto al mío. No hubiera ganado aquellos campeonatos sin él. Los Lakers no tendrían esos títulos. Nosotros lo sabemos y el mundo lo sabe. Estoy deseando verle dar un discurso delante de todos esos fans que le han apoyado a lo largo de los años», declaró el mito de Filadelfia tristemente fallecido en un accidente de helcóptero en enero de 2020 junto a su hija pequeña 'Gigi'.
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De ese techo cuelgan los recuerdos de varias generaciones y nombres con los que muchos soñaron. Pau se ha ganado ser el duodécimo mejor jugador de la historia de Lakers, según una encuesta reciente del periódico Los Angeles Times, después de que el ala-pívot español ayudara al equipo a que volvieran a un estado de forma de campeonato con tres finales de la NBA consecutivas y anillos de campeón en 2009 y 2010.
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Por contextualizar más el valor de este tributo: Gasol es el primer jugador no americano que tiene retirada la camiseta por los Lakers y el séptimo europeo en la historia que tiene su camiseta retirada en una franquicia de la NBA, detrás de estrellas como serbio Drazen Petrovic, el primero de todos (3, Nets), Vlade Divac (21), y 'Peja' Stojakovic (16) - ambos con ese honor en Sacramento, el lituano Zydrunas Ilgauskas (11) en los Cavs, el francés Tony Parker (9) vio su camiseta colgar del pabellón de los Spurs y el alemán Dirk Nowitzki (41) tiene su camiseta retirada en Dallas. No hay más. Pau es uno de los cuatro únicos jugadores de la historia de la competición con al menos 20.000 puntos, 11.000 rebotes, 3.500 asistencias y 1.900 tapones sumados durante la temporada regular, junto a Kareem Abdul-Jabbar, Tim Duncan y Kevin Garnett. Palabras mayores.
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