Debacle absoluta y descenso del Círculo

Hace una semana el Círculo vencía al Gran Canaria B en el primer choque del 'play out' de permanencia (62-74). Una renta interesante con la que poder afrontar el duelo de vuelta. Se sabía que el filial isleño iba a ofrecer dificultades y luchar hasta el final, que podía enjugar esa ventaja durante el partido de vuelta e incluso llevarse la eliminatoria. Lo que muy pocos esperaban, por mucho baloncesto moderno que sea, es que el conjunto gijonés echase todo el trabajo del partido de ida en poco más de un cuarto. Y no solo eso, si no que no reaccionara, viéndose vapuleado por el Gran Canaria B como un pelele para terminar cayendo por una diferencia escandalosa.

De esta triste manera se firma un nuevo descenso deportivo del Círculo en su andadura por la LEB Plata. El año del debut en la categoría se salvó al coger la plaza del Baskonia B, el segundo año le salvó la pandemia. Veremos qué ocurre en esta ocasión, pero lo ocurrido ayer en el Palacio de Deportes debe merecer un ejercicio de autocrítica y reflexión.

El partido, por increíble que parezca, apenas tuvo historia. El inicio del choque ya fue malo para los intereses de la formación gijonesa que entró en el partido mucho menos concentrada que el joven equipo canario. Se perdían infinidad de balones, y apenas se llegaba a lanzar a canasta, mientras que por el bando rival López de la Torre y Phevadze comenzaban a desplegar su catálogo de recursos.

La ventaja de doce puntos con la que se partía se esfumó en un visto y no visto. El Gran Canaria mandaba por 7-23 en las postrimerías del primer cuarto, ver para creer.

Los jugadores locales buscaron la réplica, pero la dinámica del partido, lejos de cambiar, empeoró. Al filial amarillo también le entraban los triples, por lo que la brecha se ampliaba hasta un 17-41 que hacía saltar todas las alarmas en el Palacio de Deportes. Por el contrario, al Círculo no le salía absolutamente nada. Para rematar un primer tiempo horripilante, el visitante Alberto Moreno anotó un triple a tabla desde medio campo. El Círculo llevaba al descanso casi el triple de pérdidas (16) que de canastas (6), un dato desolador.

Se esperaba la reacción del equipo de Nacho Galán tras el paso por vestuarios, y de hecho pareció llegar con el público empujando a sus jugadores. Mendikote intentaba mantener a su equipo a flote, pero el georgiano Phevadze lideraba la exhibición canaria ante una defensa gijonesa blanda. Se creía que cualquier detalle que sirviese de chispa para iniciar una revolución total, pero tan solo se sumaban tiros libres apenas tímidas cosquillas al rinoceronte canario, que arrasaba en el Palacio con una diferencia ya abismal (29-60).

Mendikote y Duch serían los únicos en ofrecer respuesta al vendaval visitante, pero no se encontró solución. Duch y Libroia anotaron sendos triples ya en la recta final, pero el Gran Canaria B vivía el partido más plácido en el día menos pensado. López de la Torre, que formó una pareja letal con Phevadze, culminó el festival canario con un mate. El bocinazo final sirvió al menos para poner fin a la agonía de un Círculo, que culminó su desplome en los dos últimos meses con el descenso a Liga EBA.

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