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Cada edición de la San Silvestre en Asturias tiene un nombre propio. El de 2023 ha sido el del pixueto Rubén Marqués (Cudillero, 1999), que dio la sorpresa firmando un espectacular doblete al imponerse en las pruebas de Gijón y Oviedo. De esa forma, el discípulo de Marcos Peón entra a formar parte de la lista que forman los corredores que han logrado este hito en el más de medio siglo desde que esta prueba se disputa en Asturias y al que hasta ahora solo pertenecían Moha Bakkali, Bruno Toledo y el mismo Marcos Peón.
Practicaba fútbol, que era «el deporte que siempre me gustó», explica. Sin embargo, la crisis sanitaria le privó de hacer actividad física y le llevó a «coger kilos y a no tener un buen estado de salud», confiesa. En ese momento tomó la decisión de empezar a correr en el Estadio Universitario, a donde comenzó a acudir de forma regular en 2021, al estar cursando el grado de Historia en Oviedo. Su facilidad innata para este deporte y su rápida progresión no pasó inadvertido para el técnico del Universidad, Marcos Peón, con el que comenzó a prepararse más en serio.
«Tras estos dos años que llevo practicando atletismo, estoy consiguiendo cosas que ni me podía imaginar que podría alcanzar cuando comencé», apunta el corredor que volvía ayer con EL COMERCIO al lugar donde estaba situada la meta de la San Silvestre de Gijón, en las inmediaciones de la Antigua Pescadería: «Tengo un gran recuerdo del último tramo de la prueba. Todo lleno de aficionados y recibir el ánimo de la gente. Me pareció muy bonito chocar las manos de los niños en los últimos metros de la prueba. Es una sensación inolvidable. Además, el circuito es muy bueno y muy llano para correr a un gran ritmo».
«La San Silvestre de Gijón superó mis expectativas por su gran ambiente. Me encontré con una carrera con más nivel del que esperaba y me tuve que esforzar mucho ante la calidad de los rivales que tenía, que trataron de ponerme lo más difícil posible la victoria».
Más allá de su triunfo en Gijón, lo que más sorprendió fue verlo en la salida de la San Silvestre de Oviedo para buscar el doblete. Reconoce que una de las claves de su éxito estuvo, quizás, en quitarse la presión al no dar a conocer su intención de buscar la victoria en ambas ciudades: «Si lo anuncias, todo el mundo va a estar pendiente de ti. Eso general ansiedad y estrés. Esta circunstancia, aunque no quieras, te afecta negativamente y al entrar en competición se nota mucho».
Para el fondista de Cudillero tratar de conseguir la victoria en las dos pruebas era «un reto personal. Estaba entrenando bien. Sabía que podía conseguirlo, aunque sabía que era muy complicado. A medida que se acercaba el fin de año me lo fui creyendo y al final lo conseguí».
El sierense Alejandro Onís fue su principal competidor en las calles de la capital asturiana. «Había coincidido con él en otras pruebas desde septiembre. Estamos siempre mano a mano hasta el final y nos conocemos, pero hasta ahora no le había ganado. Es un rival durísimo», afirma.
El corredor del Universidad admite que el campo a través no es su fuerte y que «me defiendo mejor en el asfalto y en el tartán, por lo que eso me podía ayudar en las San Silvestre para conseguir mi objetivo de ganar en Gijón y Oviedo».
«Son pruebas muy diferentes. Tienen recorrido muy distintos y no te enfrentas a los mismos rivales, ya que casi nadie corre las dos pruebas. Ambas tienen además un ambiente excepcional».
En su opinión, «es sensacional que el Principado despida el año con tantas carreras y que cada 31 de diciembre tanta gente salga a la calle a disfrutar de la actividad física en Asturias».
Cuando en sus oídos aún no se ha apagado el eco del reconocimiento de los aficionados a su gesta, no se olvida de que la clave para seguir progresando está en el trabajo y el esfuerzo diario, forjado, en muchas ocasiones, en solitario y en las carreteras cercanas a Cudillero.
El fondista pixueto no se pone techo y para él ahora lo principal ahora es «recuperarme del esfuerzo del pasado domingo y disfrutar de lo que hice, que no fue fácil y centrarme en la participación en mi siguiente carrera, que será dentro de dos semana, en los 10K de Valencia, donde buscaré un buen registro».
Rubén Marqués cuando habla de atletismo lo hace con auténtica pasión. Un deporte que «me ha servido para tener más constancia y disciplina. Eso también me ha valido para mi vida. Tanto para los estudios, como cuando trabajo por el verano.
El éxito de Marqués no está exento de dedicatorias, ya que «estas victorias se dedico a mis padres. A mi abuela, que siempre me apoya. Y a mis amigos y a la gente más cercana que siempre están a mi lado», afirma.
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