Carlos Menéndez con el Grupo Covadonga en el Campeonato de España de clubes. JESÚS LOBO

Se nos fue el querido Carlos Menéndez Solar

Defendió los colores del Grupo y de la Once

Domingo, 12 de junio 2022, 15:27

Ayer recibimos la triste noticia del fallecimiento del querido Carlos Menéndez Solar, bien conocido y apreciado por todos los aficionados damasquinados. Lo conocí hace ya cuarenta años, quizá alguno más, cuando comenzó a practicar ajedrez en la Asociación de Amistad Guillermo Humboldt, que popularmente se ... conocía como España-RDA.

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Poco después, a comienzos de los años ochenta, apareció por el Grupo Covadonga, cuyos colores defendió durante todo este tiempo. Allí entabló especial amistad con Juan Antonio Rodríguez Parra, con quien, además de experimentar en las sesenta y cuatro casillas, hacía deporte físico y, más tarde, se regalaban unas cervecitas. Este mutuo aprecio entre ambos se mantuvo hasta el final. Carlos Menéndez fue una persona introvertida, pero de gran calidad humana. Su pasión por el ajedrez fue enorme y nunca abandonó su actividad a pesar de las inmensas dificultades que sufrió a lo largo de los años. Las constantes pérdidas de visión iban acompañadas de molestias e impedimentos por los sucesivos problemas en el nervio óptico. Tuvo que pasar por el quirófano unas cuantas veces, pero nunca perdió, a pesar de todo, su amor por el ajedrez. Esto habla por sí solo de su portentosa capacidad de superación.

Carlos Menéndez en la sala del Grupo Covadonga durante la pandemia. jesús lobo

Como miembro de la Organización Nacional de Ciegos se encontró como profesor a Jesús Lobo, quien dirige la sección grupista desde hace unos años. En el año 2002 ganó el torneo social asturiano de la Once y en el año 2016 quedó campeón en el Torneo Nacional de Ajedrez para Ciegos, que se celebró en Almuñécar y reunió a cuarenta y siete participantes. Los dos años siguientes alcanzó la medalla de bronce. La voluntad que hay que tener para jugar al ajedrez sin ver es oceánica porque, con un resto visual que no les permite identificar los perfiles de las piezas, hay que hacer todo el esfuerzo con la mente y esto resulta agotador. A pesar de todo, Carlos se sentó frente al tablero para enfrentarse a ciegos y videntes hasta el final. Admirable. Descansa en paz, amigo, nos queda tu ejemplo y tu recuerdo.

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