María Pujalte vuelve a descubrirse ante los espectadores

'Los misterios de Laura' nunca debió irse. Parece algo en lo que todos, público y crítica, coinciden estos días, después de disfrutar del agridulce regreso de una ficción, en formato de 'tv movie', que una vez más ha contado con todos los ingredientes necesarios para transportarnos a esas noches de misterio, risas y enigmas de siempre, con María Pujalte convertida en un Sherlock moderno y a la española.

Una noche que, de golpe y porrazo, con la historia más abierta que nunca, dejó a los personajes en el olvido y a los espectadores y seguidores con ganas de más. Con ganas de tanto como para beberse reposición tras reposición, forzando un regreso que más ha parecido escribir el desenlace que nunca se rodó que devolverle a 'Los misterios de Laura' todo lo que nos había dado. Porque volvieron casi todos, contando qué había pasado en todos estos años, como vienen haciendo, con mayor o menor acierto, todas las ficciones que se han subido al carro de los 'reboot'.

Y el público se ha vuelto a quedar con ganas de más, porque un solo misterio parece que sabe a poco. No es de extrañar, pues María Pujalte vuelve a hacer ese papel estelar que tanta emoción y simpatía depertó durante tres temporadas, que han servido para seguir ganando adeptos. Ha crecido, otra vez, y está inmensa.

Tan inmensa como llegó y evolucionó gracias a Mamen Sanz en 'Periodistas', en la que nos regaló uno de los personajes más completos de la serie: emotivo, simpático, diferente. Porque ser emblemática, a la hora de actuar, le va como anillo al dedo. Que se lo pregunten a Javier Cámara, con el que ha formado el tándem perfecto, dándole a Juan Carrasco la dosis exacta de todo lo que necesitaba, siempre en su justa medida.

María Pujalte brilló en 'Siete vidas', se desmarcó en 'Merli: Sapde' y, ahora, ha vuelto a brindar al público a una Laura Lebrel descomunal que la engrandenció como actriz, pero que también puso de manifiesto, una vez más, el talento de una intérprete a la que ver en su elemento es, sin duda, el mayor de los placeres.

'Los misterios de Laura' nunca debió irse.

• Temas
• Televisión