José María García muestra la casa familiar de Ferrera de Merás, en Valdés. Movistar +

José María García, en su retiro asturiano: «Esta es mi vida»

El periodista de origen valdesano, más sentimental que nunca, muestra su casa de Ferrera de Merás y sus recuerdos familiares en el último capítulo del documental 'Supergarcía', emitido por Movistar+

Miguel Rojo

Gijón

Martes, 13 de junio 2023, 12:45

Mostrando a un José María García más humano, más centrado en la familia y que acabó por comprender que «la vida es algo más que dar noticias». Así culmina el documental 'Supergarcía', tras la emisión este lunes del tercer capítulo de esta serie que analiza la figura del que quizá sea el comunicador más influyente de la radio en los últimos 50 años. El periodista, de origen asturiano, cuenta en esta última entrega muchos detalles de su carrera profesional, como el día que se tuvo que esconder bajo una furgoneta para salvar la vida en 1968, en la recordada masacre de la Plaza de las Tres Culturas, en México, adonde había acudido a cubrir un evento deportivo para el diario 'Pueblo' y acabó entrevistando a la periodista Oriana Fallaci en el hospital, que había sufrido tres balazos. También su enfrentamiento con José María Aznar y sus esfuerzos, infructuosos, por montar un contrapeso editorial al grupo Prisa de Polanco. O cómo le ofrecieron dinero en una comida para que dejase de hablar de lo que el consideraba un escándalo, la recalificación de los terrenos de la Ciudad Deportiva del Real Madrid por parte de Florentino Pérez. «Me levanté y me fui», recuerda.

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Pero también destaca la parte personal, y su vinculación con Asturias. «Asturias es mi vida. Es mi pasado, pero también mi presente y, si Dios quiere, mi futuro», contaba mientras visitaba en el cementerio la tumba de su madre, a la que adoraba. «Mi madre me dio lo que más quiero, que es Asturias», dice con admiración. Comienza esta parte del documental con un García paseando por la finca de su casa familiar en Ferrera de Merás, en el concejo de Valdés, de donde es originaria la familia. «Me pasé aquí de los ocho a los trece años de seguido, y cuando estudiaba fuera, con quince, dieciséis, diecisiete años, venía de vacaciones todo el verano, hasta el día que comenzaba otra vez el curso», recuerda mientras recorre los prados donde recuerda echarse a dormir la siesta al sol. También muestra su casa, en compañía de su prima Joaquina, y sus álbumes fotográficos, con imágenes de su infancia, de sus padres... «Mi padre presumía de que se había casado con la señora más guapa de Asturias», comenta ante una de las fotos. También muestra recuerdos que guarda en los bajos de la casa y se dirige directamente a un aparato de radio diciéndole: «Pobrecita. Ahora estás en manos de jornaleros del elogio, de trincones y trinconcetes».

José María García, en la playa, en las últimas imágenes del documental. Movistar +

Deja ver el polémico personaje su lado más humano, hablando del amor que siente por sus tres nietas. «Ahora rezo cada noche para que no les pase nada», explica. También tiene palabras de amor y casi disculpa para su mujer y sus hijos, a los que apenas pudo ver cuando estaba inmerso en la vorágine informativa que comandaba desde las ondas. «El comportamiento de Montse, el comportamiento de mis hijos, fue fundamental», dice sobre el proceso de lucha contra el linfoma que sufrió, y que tardó un año en superar. Y recuerda el abrazo en el que se fundieron los cuatro cuando le dijeron que ya estaba limpio de la enfermedad. Acaba el documental despidiéndose de sus oyentes, algo que no pudo hacer cuando dejó la radio, y anunciando que tiene dos noticias que dará algún día que son «de infinita gravedad. Las podré dar cuando pase un poco de tiempo. Mucho tiempo». Una de ellas, avanzó en la Cope en una entrevista con Carlos Herrera posterior a la emisión, relacionada con la venta de un partido del Real Madrid Castilla por parte de los hijos de Lorenzo Sanz. Un paseo por la playa abrazado a uno de sus hijos, con el Cantábrico ante él, enmarca los últimos planos. «He tenido una vida llena de alegrías, pero también repleta de tristezas, de amenazas, de zancadillas, de injusticias... Yo no iba a dejar ni voy a dejar de ser García, no voy a cambiar. Si esta despedida la están viendo ustedes es porque nos han dejado ser libres. Gracias de corazón, estoy en permanente deuda con todos ustedes. Los que me escuchan, los que me ven, los que me leen... Buenas noches. Saludos cordiales. Gracias», termina diciendo ante el micrófono. Un personaje imprescindible de la historia reciente de este país.

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