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Entrañable Pumares
Crítica TV ·
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Aquel «Sí, buenas noches, dígame» con el que saludaba a todo oyente que tenía una duda o curiosidad cinematográfica hizo historia en la radioLa grandeza de un comunicador es saber transmitir su pasión por lo que cuenta y contagiarla a la audiencia. Esa era la grandeza de Carlos Pumares que, desde su 'Polvo de estrellas' en la desaparecida Antena 3 Radio, supo contagiar su pasión por el cine ... en los ya lejanos 80 a unos oyentes muy jóvenes que, madrugada tras madrugada, le seguían con pasión creando una nueva generación de cinéfilos. Pumares nos dejó este jueves y con él se va el último de los grandes críticos cinematográficos de una generación irrepetible. Aquel «Sí, buenas noches, dígame» con el que saludaba a todo oyente que tenía una duda o curiosidad cinematográfica hizo historia en la radio. Pumares tenía fama de cascarrabias, pero era un tipo entrañable y muy divertido, que en cuanto ahondabas un poco en él tenías irrefrenables deseos de abrazarle. Su supuesto mal humor era como una máscara tras la que se ocultaba creando un personaje irrepetible.
Carlos Pumares nos ha dejado en pleno Festival de Sitges, que siempre decía que era su festival favorito. Y se los conocía todos. El último año en que acudió logró que el certamen pusiera una butaca reservada con su nombre en el auditorio. Como casi todos los críticos de cine, tenía su sitio favorito según la sala. En Sitges era la butaca 40 de la fila 18. Si no entraba el primero en la sala podía ocurrir que otro espectador se sentase en ella antes. Cuando ocurría esto, abroncaba al que había osado sentarse en 'su' plaza, logrando que el ocupante se tuviese que cambiar de sitio. La dirección del festival decidió poner su nombre en la butaca para que nadie la ocupase antes. Estos últimos días, por respeto y homenaje, su sitio en Sitges ha permanecido vacío. Ya se pide que permanentemente se la denomine como 'Butaca Carlos Pumares'. Genio y figura.
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