Los miedos y la fortaleza de La Palma, protagonistas del anuncio de Campofrío CAMPOFRIO

El emotivo anuncio de Campofrío: «Lo que más me acojona es que se nos olvide que vivir es acojonante»

El popular spot rinde tributo a la fuerza y el carácter de los habitantes de La Palma

Ana Segura

Gijón

Jueves, 9 de diciembre 2021, 13:46

Es, quizás, uno de los anuncios más esperados del año, con permiso del de la lotería de Navidad. Campofrío ha lanzado su nuevo 'spot', que utiliza la fórmula que tan bien le ha funcionado durante los últimos años: emotividad, un cartel de cine y un ... mensaje positivo bajo el que subyace una idea, que nada ni nadie nos quite el disfrutar de la vida.

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La cineasta Icíar Bollaín dirige a Karra Elejalde -el año pasado el protagonista fue Quique San Francisco en un anuncio en el que interpretaba la muerte, que le llegó meses después- en 'Acojonados', un alegato a favor de superar los miedos, desde el pavor a un virus al precio de la luz y a las mil y una inseguridades que han acompañado a dos años de pandemia. El resorte para cambiar de actitud no es ficción. Se trata de un testimonio real, el de la viticultora palmeña Victoria Torres, y está extraído de un informativo.

«Un volcán construye al mismo tiempo que destruye. Mis viñas están en ceniza volcánica. Forma parte de lo que somos, esta es nuestra casa. Me siento muy orgullosa de cómo nos cuidamos. Son 6.000 personas fuera de casa. Quien tiene un lugar que ofrecer, lo ha ofrecido. He sentido miedo, pero también el impulso de continuar porque quiero, porque creo que es importante y porque la vida sigue», señalaba.

Junto a Karra Elejalde aparecen actores tan conocidos como Candela Peña, Belén Cuesta, Darko Perić, Carlos Areces, Eduardo Soto, entre otros. Al actor le da miedo abrazar a sus amigos, tener dinero en el banco, Rusia, el Brexit; incluso ducharse todos los días o que le roben un riñón.

«Vivir acojona», sostiene en la primera parte del anuncio. Tras escuchar a quien lo ha perdido todo y aún así lanza un mensaje esperanza, todo cambia. Tanto, que concluye: «Lo que más me acojona es que se nos olvide que vivir es acojonante».

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