«Sufro con los concursantes»

Floren Abad (Zaragoza, 1966) tiene un trabajo difícil de explicar cada vez que alguien le pregunta que a qué se dedica. Su voz es el único contacto que tienen los concursantes de Gran Hermano (Telecinco, esta noche, 22.00 horas) con el exterior, él es el súper, «el jefe de la tribu». Posiblemente el personaje más misterioso de la televisión que, sin embargo, genera empatía: «sufro cuando los concursantes están mal».

¿Es divertido ser el personaje más misterioso de la televisión?

Es divertido y gratificante, pero también requiere mucho esfuerzo porque la implicación con el programa es total. Los concursantes se pasan tres meses generando contenidos y problemas las 24 horas del día, al final les veo a ellos más que a mis hijas.

¿En casa le hacen más caso?

La relación es distinta. Mis hijas son adolescentes y ya sabes cómo es esa etapa, pero para los concursantes eres como el jefe de la tribu, el súper.

A ellos les sigue costando aprender el juego de las bolas

Ese juego es muy importante en la mecánica de Gran Hermano porque les da acceso a El Club (una zona con privilegios dentro de la casa), y efectivamente siguen sin saberse bien las reglas y sin saberse el orden. Pero es producto de la tensión y tengo que pararles los pies muchas veces.

Esta edición está siendo especialmente tensa.

La tensión que hay en la casa se ha producido prácticamente en todas las ediciones de GH, nuestra memoria es frágil. Lo que pasa es que este año el enfrentamiento entre grupos ha ocurrido demasiado pronto.

¿Por qué temas del exterior le suelen preguntar ellos?

La mayoría suele preguntar por sus familias, que es lo que más les interesa. Yo siempre les digo que si no hay noticias es bueno, porque no les puedo contar nada. Los chicos preguntan mucho por cómo va la Liga, siempre ocurre.

¿Sufre con el programa?

Sí, hay una implicación emocional total. El espectador cuando ve el programa seguramente vea a personajes pero yo veo a personas. Sufro cuando ellos están mal, cuando tienen una discusión El cometido que tenemos nosotros es el de mostrar cómo se relaciona un grupo de personas pero nuestra labor, podríamos decir, es como la de los Cascos Azules, no podemos intervenir hasta que no sea estrictamente necesario.

¿Estuvo justificada la expulsión de Álvaro?

El programa es muy sensible a ciertos comentarios y a veces no queda más remedio que expulsar a un concursante. Él se justificaba diciendo que así era su humor, pero pensamos que hay cosas con las que no se puede hacer humor.

¿Le cuesta volver a su vida cuando termina el reality?

Es complicado porque mi vida ahora mismo es acelerada, trabajo casi todos los días de la semana. Y cuando se acaba el reality todo se detiene de golpe, es un proceso de descompresión del estrés y del cansancio.

Jorge Javier ha recibido muchas críticas como presentador...

Jorge Javier forma parte de nuestra familia desde hace muchos años. Es muy entusiasta del programa y una buena incorporación.

¿No vendría bien un súper para organizar el Congreso de los Diputados?

No estaría mal, alguien que pudiera poner un poco de orden. Pero creo que tenemos buenas instituciones, solo hay que dejarles que trabajen.