No estaba cómodo. Aunque en algún momento se le vio emocionado y se traslucía la felicidad de encontrarse con viejos amigos. Pero, lo dejó claro cuando habló al final, «no me gustan los homenajes, bastante trabajo es sobrevivir como para que te den las gracias». ... Paco Ignacio Taibo II, Taibo en estado puro, con la lengua viperina de la que presumió y rodeado de amigos, siendo él el quid de la cuestión. El primero en hablar fue Ángel de la Calle, su sucesor al frente de la Semana Negra que él creó y que dirigió durante 25 años. «Estáis aquí porque él se lo inventó», dijo, antes de soltar un «Paco, maestro, gracias» ante una Carpa del Encuentro en la que no cabía un alfiler, ni sentado ni de pie.
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Fue José Manuel Fajardo quien tomó el relevo, siempre con humor, con la anécdota presente. «Paco Ignacio Taibo es una de las pocas personas dignas que quedan en este planeta», señaló antes de bajar a lo más terrenal y atribuirle al tiempo una virtud casi mágica: «Es un ser humano capaz de reconocer la fábrica de procedencia de una Coca Cola». Esa pasión por la bebida de Atlanta es conocida, pública, notoria; también lo es su trabajo en pro de la literatura, sea del color que sea, pero más con la que tiene cierta oscuridad y en eso Mariano Sánchez Soler dio en el clavo: «Sin Paco la novela negra sería otra cosa».
Carlos Salem, directamente, le responsabilizó de ser quien es. «Yo soy escritor gracias a Paco y a la Semana Negra», dijo, antes de que Fritz Clockner más o menos hiciera un relato similar con acento mexicano: «Paco es fiesta, locura, pasión».
El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, tomó la palabra para elogiar la tarea de «activista de la cultura» de Taibo y reconocerle especialmente su apoyo a la poesía. No olvidó recordar que a la Semana llegó a través del poeta Ángel González.
El actor y escritor Carlos Bardem, por su parte, afirmó que le admiró como escritor antes de conocerle. «En México descubrí la figura gigantesca que es Paco». Elia Barceló quiso agradecer la forma en la que abrió la Semana Negra a otros géneros, como la literatura fantástica, y que siempre tuviera lugar prioritario para las mujeres. «Es cabeza, corazón y generosidad, si fuera un personaje sería poco verosímil, porque tipos como este no hay en la realidad». Concluyó con «un te quiero, no te mueras nunca».
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Luis Artigue habló de él como «ejemplo de lealtad» y que su amor por los escritores le ha hecho crear una gran familia. Es, para él, un visionario que fue capaz de empoderar a los autores del género.
Un vídeo hizo repaso después de esos 36 años de festival. Por él circulaban Tini Areces y un Taibo joven, deslenguado y despeinado y cantaban Sabina y Ángel González una canción dedicada a la Semana Negra en una de esas célebres veladas poéticas. Y, por fin, él, el homenajeado, sacó su verbo ágil para decir que él no quería, que gracias, que la Semana es un placer y ha sido también una batalla dura que ha merecido la pena. Y su libro 'Historia(s)' se hizo regalo. Su literatura fue a parar al público que le aplaudió sin tregua. Los que tenían la suerte de estar sentados se pusieron en pie, como hicieron todos los escritores allí presentes, y la ovación fue de las que no se olvidan. Por mucho que no te gusten los homenajes.
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