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ANA RANERA
GIJÓN.
Sábado, 28 de diciembre 2019, 00:17
José Latova Fernández-Luna lleva, desde los diecinueve años, fotografiando la esencia de los yacimientos arqueológicos, antes de que los expertos comiencen su trabajo y el escenario pierda su aspecto original. A lo largo de su carrera, ha revolucionado con sus innovaciones la fotografía arqueológica y, ahora, participa como jurado en el III Concurso de Fotografía Arqueofoto Gijón 2019 que organizan los Museos Arqueológicos de la ciudad-con la colaboración de EL COMERCIO- para conmemorar su 25 aniversario.
-¿Cuáles son las claves de la fotografía arqueológica?
-Hoy en día, hay mucha manía de confrontar las diferentes disciplinas fotográficas, pero al fin y al cabo, se necesitan autores que sepan de diferentes temas para que tengan una mano técnica y el conocimiento suficiente de lo que es esa categoría fotográfica determinada para poder expresar con la foto lo que se necesita contar. Si no sabes lo que fotografías, no vas a poder fotografiarlo bien. Hace falta saber de arquitectura romana, por ejemplo, para contar bien lo que tienes delante y lo mismo sucede con cualquier otro tipo de fotografía.
-¿Qué importancia tiene la disciplina a la que ha dedicado su vida?
-Es fundamental, como cualquier disciplina fotográfica. Al fin y al cabo, nosotros con las fotos construimos la memoria de unos hechos. La arqueología en sí es destructiva, por lo que cualquier tipo de documentación en imágenes nos da una idea del estado en que se encuentra un hecho arqueológico antes de que se toque. Es un elemento más de documentación científica, que luego nos vale, como en el caso de la tumba de Tutankamon, para que, cuando pasen los años, podamos ver cómo estaba aquello antes de que comenzaran los trabajos.
-¿Cómo empezó a trabajar en ello?
-Empecé a sacar fotografías en excavaciones arqueológicas a los diecinueve años y, desde entonces, hasta que este mismo año me jubilé, ha sido ininterrumpido. He trabajado tanto en yacimientos de Egipto como en las cuevas asturianas.
-Ahora que está jubilado, ¿sigue vinculado a la arqueología?
-Me jubilé en septiembre y he podido retomar algunos proyectos que había empezado hace veintinueve años, como un documental en el sur de Egipto, dándole una vuelta a lo que estamos acostumbrados a ver por televisión. También estoy llevando a cabo un proyecto sobre Pompeya, a partir de una colección de fotografías del siglo XIX, y estoy trabajando con Regina de Luca en un proyecto que empecé en 1989 con el objetivo de reivindicar a todos los trabajadores que acompañan a los arqueólogos, de quien no se conoce su nombre. Su labor es fundamental y también son responsables de la recuperación del patrimonio.
-Uno nunca se retira del todo...
-No, lo mejor de estar jubilado es poder dedicarme a la arqueología sin la presión del trabajo y hacer una fotografía más pura.
-¿Qué recuerdos guarda de Asturias?
-Dirigí el inventario nacional del arte rupestre, lo que me llevó a trabajar en las cuevas asturianas. Además, fui el encargado de hacer el primer cartel cuando se descubrió el hipocausto de las Termas Romanas de Gijón y, gracias a eso, conozco a muchos responsables de los Museos Arqueológicos.
-¿Qué importancia tienen concursos como este?
-Este concurso permite a cualquiera participar a través de internet y acercarse, de esa manera, a la arqueología. Esta iniciativa pretende, de algún modo, divulgar, dar a conocer y ayudar al acceso de la sociedad al patrimonio, acercándo al público a los museos arqueológicos gijoneses. El hecho de que la gente acuda a hacer sus fotos puede ayudarles a comprender la relevancia que estos lugares tienen.
Más información para participar en el Concurso de Fotografía Arqueo*Foto Gijón
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