Cuevas, durante uno de sus conciertos, en Avilés. OMAR ANTUÑA

Rodrigo Cuevas gana El Ojo Crítico de RNE

El artista asturiano se hizo con el premio en la categoría de Música Moderna por «traer al siglo XXI la tradición y el folclore» desde el riesgo estético y la provocación

AIDA COLLADO

GIJÓN.

Martes, 23 de noviembre 2021, 01:45

Ha llovido mucho -una expresión que, también es verdad, en Asturias pierde fuerza como medida del paso del tiempo- desde que Rodrigo Cuevas llegó a nuestras vidas para quedarse. La mayoría le conoció hace un lustro ya convertido en fenómeno viral, siendo el 'Prince of ... Verdiciu', título que no hay quien le arrebate y título de aquel album que le devolvió a España las ganas de bailar al ritmo de la noche y de arriesgar, de reinterpretar lo sagrado, de hacer lo nunca visto para conservar lo de siempre. Aunque por aquel entonces pocos habrían vaticinado que años después aquel chaval del 85 continuaría en primer plano, con una figura engrandecida a base de llenar teatros, aquí y fuera, y de una crítica que le ha permanecido fiel desde que 'Manual de Cortejo' (con producción de Raül Refree) se la llevara de calle. Así que no es de extrañar que lleguen los premios. Por mucho que a él le sorprenda, Rodrigo Cuevas es el flamante ganador de 'El ojo crítico' de Radio Nacional de España, en su categoría de Música Moderna. «¿Viste? ¿Cómo ye esto? Increíble», reaccionaba ayer ilusionado.

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Por largos que sean los aplausos, al artista estos reconocimientos siguen pillándole por sorpresa: «Estoy muy contentu, no lo esperaba», contaba ayer a EL COMERCIO, tal y como unas horas antes contestaba a la Jefa del Área de Cultura de los Servicios Informativos de RNE y encargada de darle la buena nueva, Laura Barrachina.

Su emoción está justificada. Se trata de la XXXII edición de unos galardones que esta vez han contado entre el jurado con algunas figuras indiscutibles del panorama musical nacional, como Eva Amaral y Juan Aguirre y el cantautor Mikel Erentxun, que concedieron el premio a Cuevas de acuerdo con Barrachina y con el director de 'Rockdelux', Santi Carrillo; la periodista especializada en música África Egido; el director de Radio 3, Tomás Fernando Flores, y el subdirector del programa 'El ojo crítico' Miguel Ángel Hoyos. Todos le alzaron «por ser un carismático artista multidisciplinar que ha apostado por traer al siglo XXI la tradición y el folclore asturiano desde la provocación y el riesgo estético, elementos que lleva a sus directos que acaban trascendiendo el concepto de concierto para convertirse en un espectáculo entre lo teatral y lo musical». Casi nada.

Tras casi tres años recorriendo el mundo con 'Trópico de Covadonga', quiere «parar un tiempo y grabar cosas nuevas»

Hay más. Porque a Rodrigo Cuevas no solo hay que reconocerle la experiencia que brinda a quienes asisten a sus espectáculos para pasar un asegurado buen rato. También que «representa a una generación de artistas que en los últimos años ha apostado por la recuperación del folclore de nuestro país». En su caso, recoge el acta, «aportando, además, un posicionamiento de género».

Por todo ello y más, el jurado «quiere valorar la apuesta que ha hecho por trabajar desde el medio rural asturiano en el que vive y donde colabora en crear comunidad desde el arte». Y eso pueden decirlo Amaral, RNE o Tino Casal resucitado, que están de sobra en disposición de confirmarlo todos aquellos a los que ha hecho partícipes de su proyecto para rehabilitar La Benéfica -un antiguo teatro de Infiesto- o quien haya acudido a confranternizar en su 'Señora fiesta' de Vegarrionda. O la colonia asturiana que el pasado fin de semana disfrutó de lo lindo con las actuaciones de Cuevas en Emiratos Árabes, adonde fue «con mucho escepticismo y mucho prejuicio, que ye lo que nos suele pasar a todos los occidentales cuando salimos de casa», para acabar, pasados ya los conciertos, tocando la pandereta y feliz como una perdiz en el zoco de Sharjah.

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El mes que viene llevará su 'Trópico de Covadonga' a Francia. En abril, a Estados Unidos. Y tiene pendientes aún algunos conciertos más por España, pero con la primavera llegarán las flores y una necesaria parada «tras casi tres años de gira, con una pandemia por el medio». Será tiempo para descansar -«que a mí lo que me presta en vacaciones ye quedar en Piloña»- y empezar a pensar en lo que viene y en ese momento siempre dulce de lanzarse a crear. Eso es lo suyo.

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