Secciones
Servicios
Destacamos
Tres conciertos con todo el papel vendido desde hace meses en un auditorio con las dimensiones del Niemeyer es un suceso al alcance de pocos artistas. Rodrigo Cuevas lleva ya en esa liga bastante tiempo y el todo lleno es la tónica con la que ... lleva sumando en su gira 'La Romería' a un público que lo venera y disfruta de sus directos en todos los grados de una auténtica fiesta: del baile y el canto compartidos al sosiego emocionado de concentrarse en escuchar una tonada. Ese ha sido durante siglos el juego de la música tradicional de la que parten sus creaciones como músico contemporáneo. La diversión, la seducción y la irreverencia asociada a ambas invitan a la gente a participar del espectáculo, como así se vivió anoche, y el talento musical, enriquecido por un supercuarteto como el que acompaña a Cuevas: Rubén Bada, Mapi Quintana, Tito Cuesta y Juanjo Díaz, todos multinstrumentistas, completan la fórmula mágica que ha convertido al agitador de Vegarrionda en la referencia internacional que hoy es. El divo salió bajando las escaleras de la sala abanico en mano y entonando 'BYPA', para saludar en la primera cuarteta: «¡Tais algo sosos!» y los aplausos del público como rotunda respuesta.
Ya en el escenario, sin pausa, con sus músicos y una nutrida coral arropándole, siguió con 'Allá arribita', como declaración de principios: «En el mundo hay dos razones para cantar: el amor y la libertad». De ambos motivos iba el siguiente tema: 'Arboleda bien plantada', la asturianada llevada al trópico de su anterior disco, con Cuevas a la pandereta entre sus cuatro bailarines.
«Muchísimes gracies por llenar esti teatro. Vamos facelo un poco peor que el sábado», bromeó antes de presentar a su banda. «Vamos cantar una cantidá de temazos que vais espatarrar p'atrás y a acabar perreando detrás de les butaques», anunció, llamando a desprenderse de la ropa de más y arrojársela.
Y para arrancar la fiesta, su 'Valse'. «¿Tais calientes ya?», preguntó y sin esperar la réplica se lanzó con toda la gasolina de un potentísimo 'Más animal', jaleado por las palmas del público. Tocaba brindar con un dedal de yerbas para seguir la folixa con otra danza, la del no menos salvaje 'Casares' que levantó ya a la gente de las butacas para sumarse al bacanal.
Había que templar los ánimos y lo hizo con 'El.día que nací yo', la perla popular de 'Ramo verde' con el Coro Joven de Gijón. Y la sorpresa: 'Soi de Verdiciu', el hit que le lanzó al estrellato y que rara vez rescata, a ritmo de calypso. Y colofón maquinero. Más tralla con 'Cómo ye', otro de los bombazos de su 'Manual de Romería'
Y el público viniéndose arriba. «¿Queréis bailar más?», interpeló Rodrigo y se fue directo a su 'Xiringüelu', para seguir encendiendo la disco-romería. Quedaba aún candela con 'Veleno', su hit con Baiuca. Y el divo saliendo a compartirla por las primeras filas. El aviso de que la fiesta se estaba acabando con la espectacular 'Matinada' y seguida la llamada a los bises: «¿Queréis otres 3?». El primero su icónico 'Rambalín' con nuevo look de rojo del artista. Y una ovación de las que no se oyen todos los días cuando la concluyó. El remate de la romería su invitación a «Nun callar» y dos temazos de los que advertía «d'espatarrar», la 'Muiñeira da bruxa'. Con todos en pie festejándola y gozándola.
Y la guinda: 'Romería'. La del gran Rodrigo Cuevas en el Niemeyer, llevada y compartida al puro paroxismo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.