Secciones
Servicios
Destacamos
M. F. ANTUÑA
Sábado, 17 de marzo 2018, 00:17
Un siglo y medio de imágenes concentrado en algo más de doscientos instantes, de fotografías que recorren el camino de la basílica desde que era una explanada hasta convertirse en el icono de Asturias que es hoy. La exposición 'Covadonga y la fotografía' abrió ... ayer sus puertas en el Museo Arqueológico de Oviedo para quedarse hasta el 31 de agosto y viajar luego a la Casa de Cultura de Cangas de Onís para conmemorar este 2018 de triple celebración: 1.300 años de los orígenes del Reino de Asturias, la creación hace un siglo del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga y el centenario de la Coronación de la Virgen.
El recorrido visual, configurado con fondos de la fototeca del Museo del Pueblo de Asturias, muchos de ellos inéditos a las miradas públicas y algunos adquiridos hace apenas unos días para formar parte de la muestra (como sucede con la fotografía de la explanada de Covadonga de la siguiente página y la de la locotomora que aparece arriba), entremezcla impresionantes panorámicas de tiempos pasados y más recientes con instantáneas de peregrinaciones, de bodas y comuniones y de acontecimientos históricos como la celebrada Coronación de la Virgen o la proclamación de Felipe de Borbón como Príncipe de Asturias. Son 139 fotos las que se exponen en paredes y vitrinas mientras otro centenar extraídas de tarjetas postales se proyectan en un audiovisual.
El viaje es amplio en el tiempo y el espacio, recrea arquitecturas que van variando y creciendo en el Real Sitio, del camarín de la Santa Cueva a la basílica, y se adentra al tiempo en la devoción religiosa hacia la Virgen de Covadonga y en toda la dimensión popular y social que alcanza en una Asturias que pronto convirtió el santuario en referente y lugar imprescindible de peregrinaje.
La ruta comienza en 1858, cuando están documentadas las más antiguas imágenes del santuario, tomadas por Alfredo Truan Luard con ocasión de la visita de Isabel II y la familia real. Luego llegarían fotografías de José Ramon Alonso Villarmil o Daniel Álvarez Fervienza, que retrataron el lugar hasta la entrada del siglo XX. También se incorporan a la muestra instantáneas de fondos como el del ingeniero inglés William Selkirk, que captó el lugar a finales del siglo XIX. Lo cierto es que las firmas son múltiples, con lugar destacado para José G. Merás, que a principios del XX disparó con profusión sobre los aconteceres del lugar puesto que fue fotógrafo oficial del santuario desde 1918 hasta prácticamente su fallecimiento en 1956. Pero también hay espacio para grandes nombres de la fotografía asturiana, como Constantino Suárez, que revela la etapa que vivió Covadonga como hospital de mutilados a finales de 1936, en plena guerra civil. Enrique Marquerie, Modesto Montoto, Julio Peinado, José Ramón Lueje, Valentín Vega o Gonzalo Vega son solo algunos de los nombres presentes en una exposición comisariada por Juaco López, director del Pueblo de Asturias, que ha querido propiciar una mirada amplia sobre el pasado a través de una minuciosa selección entre las miles de imágenes que atesora el museo, entre las que hay una notable presencia de viejos libros de tarjetas postales.
La inauguración de la exposición reunió ayer en el Arqueológico a un nutrido grupo de autoridades, encabezado por el consejero de la Presidencia, Guillermo Martínez, que anunció que el pabellón del Principado en la Feria de Muestras de Asturias estará dedicado este año a los tres centenarios. Asistió también la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, que incidió en su discurso en la importancia de Covadonga como icono de la región: «Es embrión, alma y corazón de Asturias y uno de nuestros más sólidos referentes culturales», dijo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.