Retrato de una Asturias de luz hilada
Museo Evaristo Valle ·
Inaugura el 27 de octubre una muestre que conjuga los talentos intergeneracionales de trece fotógrafos asturianosSecciones
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Museo Evaristo Valle ·
Inaugura el 27 de octubre una muestre que conjuga los talentos intergeneracionales de trece fotógrafos asturianosEn 1929 nació el gran Camín; en 1986, Pablo Gutiérrez. El uno supo y el otro sabe ahora cómo domar la luz y al uno y el otro les une un hilo invisible y su pasión por hacer imagen fija de la realidad móvil, por ... convertir en arte una mirada disparada en un instante a través de una cámara de fotos. Camín es uno de los veteranos; Gutiérrez, uno de los jóvenes talentos, y ambos forman parte de la nómina de fotógrafos que confluyen de la exposición '¿Intergeneracional? Un hilo en la fotografía asturiana', que el Museo Evaristo Valle de Gijón inaugurará el próximo 27 de octubre y se quedará captando miradas atentas y cómplices hasta el 26 de enero.
Hay nombres ilustres y absolutamente icónicos de la fotografía asturiana, como Gonzalo Juanes, de cuyo fallecimiento se cumplen este 2024 diez años, o el citado Camín, entre los añorados, y otros sénior que aún enfocan con arte y buen ojo, como José Ramón Cuervo-Arango. Guillermo Álvarez, José Ferrero Villares, Marcos Morilla, Matías M. Artime, Isabel Marqués, Héctor Jácome, Cristina López-Dóriga y Nicolás Cancio junto al ya citado Pablo Gutiérrez completan la jugada.
Su unión sobre las paredes está llamada a ser pura fuerza visual y belleza formal. Lo son el retrato maravilloso de Camín y la naturaleza tirolesa de Cuervo-Arango, que deja ver su obra en color en esta exposición, cuando la marca de la casa es siempre que la luz se matice en gamas de grises.
El más veterano es Gonzalo Juanes (Gijón, 1923-2014), miembro destacado y teórico del Grupo Afal, que revolucionó la fotografía en la España autárquica de los cincuenta, que, de su mano, empezó a ponerle color a la vida cotidiana. Fue Juanes un auténtico renovador que atrincheró su arte en este Gijón nuestro y de ahí que su estampa sea más sombría que la de otros compañeros de generación y grupo, como Ramón Massats o Gabriel Cualladó. Era un hombre tranquilo Juanes que escribió sobre la fotografía de otros, como la de William Klein o Irving Penn, y marcó un momento importante para la imagen en España.
Camín, ese artista múltiple nacido en Gijón en 1929 y que hará pronto 17 años que nos dejó, fue pintor, escultor y un maravilloso fotógrafo atento a lo que deparaba este arte que en el siglo XX vivió una auténtica revuelta de la que él mismo fue partícipe, a través de grupos como La Palangana junto a fotógrafos como Ontañón y los ya citados Masats y Cualladó.
Sus nombres abren un camino, ilustran una ruta fotográfica que en esta Asturias nuestra es muy singular en todos los ámbitos. No es un misterio que la calidad de la fotografía asturiana en lo puramente documental, que en absoluto es ajeno al arte, de la mano de los Pulitzers Manu Brabo y Javier Bauluz, continuadores de la obra del gran Constantino Suárez, sino también lo puramente artístico, que alumbró y alumbra a grandes creadores. «Estos fueron quizás algunos de los precursores de una historia continua y discontinua. Continua porque los unos no lo son sin los anteriores. Discontinua porque cada uno, y para mayor gozo, tiene voz propia y única», revelan desde el museo sobre la muestra que se cose cronológicamente con los trabajos de José Ramón Cuervo-Arango (Gijón, 1947), vinculado a a revista 'Photovision', que firma una obra muy íntima y personal que remite a la vida misma, a la cotidianeidad y que es un deleite estético que lo mismo se ha disfrutado en el Museo de Bellas Artes de Asturias, en Photoespaña o en galerías de España y el mundo.
Marcos Morilla (Gijón, 1963), artista y fotógrafo de arte, llega a esta exposición homenajeando a Evaristo Valle con su cámara, mientras que José Ferrero Villares (León, 1959) nos permite mirar a su mundo de saber y entusiasmo desde la escotilla para llevarnos «de los clásicos a los más contemporáneos, vinculando lo mismo a los Muller con Camín que a Maojo con un chaval de la escuela, y demostrándonos que a pesar de todo su bagaje, se puede tener voz propia», sostienen desde el museo de Somió.
Guillermo Álvarez (La Habana, 1953-Gijón, 2019) era también un singular creador que bebió de influencias que querría poder compartir Pablo Gutiérrez (Gijón, 1986) para seguir creando este relato en instantes que conduce a una nueva generación de fotógrafos como la que forman Matías M. Artime (Avilés, 1965), Isabel Marqués (Cudillero, 1971), Héctor Jácome (Pola de Lena, 1974), Cristina López-Dóriga (Gijón, 1980) o Nicolás Cancio (Tuilla, Langreo, 1984).
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