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Recreación lírica del mundo de Goya y Jovellanos

Recreación lírica del mundo de Goya y Jovellanos

Nueva temporada. La zarzuela de Barbieri 'Pan y toros' inaugura los días 23 y 25 el XXX Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo

RAMÓN AVELLO

Domingo, 19 de febrero 2023, 02:03

La expresión 'Pan y toros', remedo ibérico del famoso 'Panen et circenses', del poeta romano Juvenal, la acuñó en 1793 el ilustrado León de Arroyal en un opúsculo titulado irónicamente 'Oración apologética en defensa del Estado floreciente de España'. Este escrito, atribuido entre otros, a Jovellanos, termina así: «Haya pan y haya toros, y más que no haya otra cosa. Gobierno ilustrado: pan y toros pide el pueblo. Pan y toros es la comidilla de España. Pan y toros debes proporcionarla para hacer en lo demás cuanto se te antoje in secula seculorum. Amén».

'Pan y toros' es el afortunado título de la zarzuela en tres actos de Francisco Asenjo Barbieri (Madrid, 1823-Madrid, 1894) con libreto de José Picón García (Madrid, 1829-Valladolid, 1873).

Esta zarzuela es una de las cimas musicales del teatro lírico español del siglo XIX. Estrenada en 1864, en el Teatro de la Zarzuela, la obra recrea una conspiración reformista, hoy diríamos que liberal, contra el Gobierno de Godoy, a finales del siglo XVIII. Aunque la historia concreta parece que no existió nunca, los protagonistas son personajes reales -Goya, Jovellanos, la actriz La Tirana, los toreros Pepe-Hillo, Romero y Costillares, y el abate Ciruela, entre otros- de la sociedad española de finales del XVIII. En la zarzuela se pintan las dos Españas: la España reformista en la que están los ilustrados, Jovellanos a la cabeza, Goya, parte de la aristocracia y el pueblo llano representado por manolas y toreros, frente al absolutismo oscurantista, muy distorsionado en la zarzuela, que encabezan Godoy -en realidad, Godoy lejos de perseguir, apoyó a los ilustrados- y la camarilla que manipula al rey Carlos IV. Al final, triunfan los reformistas, con la llegada al poder de Jovellanos, presentado en la zarzuela como el salvador de la patria.

Con 'Pan y toros' se inicia en el Campoamor, los días 23 y 25 de este mes, el XXX Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo. Recordemos que otras producciones de 'Pan y toros' se representaron en Asturias en este siglo. En el 2009, en el Campoamor, en una versión ideada por Emilio Sagi, y en Gijón, en el 2011, con una producción de Ana María Iriarte. Esta nueva producción del Teatro de la Zarzuela, que conmemora el bicentenario del nacimiento de Barbieri (Madrid, 1823-1894) cuenta con la dirección musical de Virginia Martínez, al frente de Oviedo Filarmonía y la Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo, y la dirección escénica del actor Juan Echanove. Son sus protagonistas Cristina Faus, como la Princesa de Luzán, Yolanda Auyanet (Doña Pepita), Borja Quiza (Capitán Peñaranda), María José Suárez (la Tirana), José Julián Frontal (Goya), Enrique Viana (El abate Ciruela), Bárbara Fuertes (La Duquesa), Carlos Dazza (Pepe Hillo), Pedro Mari Sánchez (El corregidor Quiñones), Pablo Gálvez (Pedro Romero), César Sánchez (Jovellanos), Abraham García (Costillares), Alberto Frías (El santero), Lara Chaves (La madre) y Sandro Cordero (El padre).

Tonadillas frente a arias

Musicalmente, 'Pan y toros' es un gran fresco musical en el que se combinan la música popular y las tradiciones históricas de la música religiosa con la música operística italiana. El nacionalismo de Barbieri, fundamentado en el folklore -seguidillas, pasacalles- y las tradiciones musicales como el 'La Salve' y los recitativos inspirados en los salmos, se enfrenta a la música europea, asociada en la obra a los personajes aristocráticos. En la partitura se entremezclan y contraponen estos dos mundos musicales. El europeo que usa los elementos del lenguaje operístico internacional y el elemento hispano. Como curiosidad, en la obertura se cita en los oboes y cornetines a 'La Marsellesa', con un claro simbolismo conspirador. La tradición de la ópera bufa, importante en 'Pan y toros', está especialmente presente en el coro de las damas con el Abate, al principio del tercer acto.

De los quince números musicales de 'Pan y toros', hubo dos que se hicieron famosos: las seguidillas que comienzan 'Aunque soy de La Mancha/ no mancho a naide', y el 'Pasacalles de la manolería'. Este pasacalles, uno de los preferidos por las bandas de música militares del siglo XIX, provocó por sus alusiones a la libertad -«España ha de ser libre/ libre Castilla/ mientras haya en España/ manolería,/ que todo chulo/ maneja la vihuela/ como el trabuco»- la prohibición de la obra por parte del Gobierno de Isabel II, en 1867.

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