ANA RODRÍGUEZ MENÉNDEZ
GIJÓN.
Miércoles, 14 de julio 2021, 02:45
El valle del Sella es una gran fuente de estudio para los arqueólogos y lo ha sido desde 1870, con las primeras intervenciones llevadas a cabo en la Cuevona. La Universidad de Salamanca y la Universidad Nacional de Educación a Distancia son ... dos referentes en la investigación de la zona, y Esteban Álvarez-Fernández, profesor y profesional del sector, impulsó el trabajo en el yacimiento riosellano de Cova Rosa para «limpiar y estudiar las secciones estratigráficas y obtener muestras in situ para dataciones radiocarbónicas». Este método determina la edad de materiales orgánicos y, en este caso, permite afirmar a los investigadores que la cueva fue habitada a lo largo de 25.000 años por el Homo Sapiens. Se sabe que recolectores, mariscadores y cazadores vivieron allí, con algunas interrupciones, durante el Solutrense, el Magdaleniense inferior y superior, y el Mesolítico. Tras de sí, dejaron una gran cantidad de restos arqueológicos que los científicos llevan varios años intentando descifrar.
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Cova Rosa fue descubierta por Francisco Jordá Cerdá en 1952 y sus excavaciones no cesaron hasta 1979. Los materiales permanecieron en estudio en la Universidad de Salamanca y los trabajos realizados hace dos años por Álvarez-Fernández también siguieron los patrones técnicos de la Consejería de Cultura del Principado. Sin embargo, a pesar de haber sido el Gobierno regional el encargado de facilitar los permisos, la iniciativa no ha recibido financiación por su parte, si no que ha provenido de «diferentes Proyectos trianuales del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y del Gobierno de España, así como de diferentes universidades». El ayuntamiento de Ribadesella sí ha contribuido en todo momento, habilitando espacios de trabajo y almacenamiento a los arqueólogos.
Cova Rosa no es el único yacimiento con información de interés sobre ocupaciones humanas durante el Paleolítico en esa zona. La cueva del Cierro fue descubierta por el mismo Jordá, pero sus investigaciones nunca fueron publicadas. Sin embargo, la Universidad de Salamanca y el propio Esteban Álvarez-Fernández continuaron el estudio de los materiales y descubrieron en sus visitas anuales que un conchero situado en el techo «se había despegado y que, a causa de su enorme peso, podría caerse sobre los niveles arqueológicos más antiguos». Álvarez-Fernández, junto a Marián Cueto y Jesús Tapia, ha retomado también la investigación en la denominada 'Área de Estancia' de Tito Bustillo, excavada por primera vez por el profesor Alfonso Moure Romanillo. En 2020, los investigadores dedicaron una semana a la limpieza profunda de los hallazgos y su posterior protección. «Los sedimentos y materiales fruto de esta limpieza fueron cribados con agua utilizando mallas metálicas y empaquetados en el exterior de la cueva», explica Álvarez-Fernández.
El propio investigador coordinará y expondrá estos y otros avances en Ribadesella, desde hoy mismo hasta el día 16, en el curso de verano de la UNED, '150 años de Investigaciones prehistóricas en el Valle del Sella, Asturias'. Intervendrán profesionales como Antonio Rosas, con su trabajo sobre los neandertales de El Sidrón, o Miriam Cubas Morera, que cerrará el evento con una síntesis de los estudios prehistóricos en el Valle del Sella.
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