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PABLO A. MARÍN ESTRADA
MIERES.
Lunes, 10 de diciembre 2018, 01:44
Una biblioteca local ejemplar en su labor de animación a la lectura como la de Castropol, el compromiso de la centenaria Fundación Sierra Pambley con la educación y la cultura para todos, la apuesta de la empresa cárnica El Cuco por ... un producto de nuestra tradición elaborado de manera saludable y el humor irreverente de Mongolia recibieron ayer los VII Premios Serondaya a la Innovación Cultural que concede la asociación del mismo nombre presidida por el escritor Fulgencio Argüelles y que cuentan con el apoyo de EL COMERCIO. La ceremonia de entrega se celebró en el auditorio de la Casa de la Cultura de Mieres, presentada por Irene Tamargo y contó con la actuación de la cantautora Helena Gil.
En su discurso, Argüelles afirmó que «proyectos como los que hoy premiamos nos permiten mantener la esperanza» frente a una realidad en la que «todo parece embadurnado por la peste de la utilidad, una peste que destruye de forma progresiva la memoria de nuestro pasado, las disciplinas humanísticas, la libre investigación, la fantasía, el arte y el pensamiento crítico. Hasta el derecho a tener derechos queda sometido a la hegemonía del utilitarismo», declaró.
En ese contexto hostil al saber, la creatividad y la sensibilidad estética es «a través de la innovación cultural como podemos resistir los egoísmos del presente», señaló el narrador y colaborador de nuestro periódico, para quien «puede ser el ejercicio cultural, en todos sus estadios y en todas sus derivaciones, quien se conforme como antídoto contra los dioses de la utilidad». El presidente de Serondaya expresó también -en esta ocasión en asturiano- que en la asociación de Cenera: «Cuidamos que les coses guapes de la vida siguen siendo indispensables, y qu'un país nel que nun se comprende l'arte y nun se defende la cultura como'l bien más prestosu, ye un país de xente desdichao».
Manuela Busto, titular de la Biblioteca de Castropol, fue la primera en recoger la estatuilla creada por el artista Llonguera. El premio de las Letras reconoce «un espacio cultural que transciende lo local y se configura como ejemplo de calidad, innovación y búsqueda de continuas propuestas». La bibliotecaria citó al escritor Valentín Andrés Álvarez: «Cuando a una aldea llega una carretera se abre al mundo, cuando llega una biblioteca, al universo». Dedicó el premio al alcalde de Castropol, José Ángel Pérez, por su apoyo al centro.
La seguirían el presidente de la Fundación Sierra Pambley, Salvador Gutiérrez, y el patrono de esa institución Francisco Carantoña, para recibir de manos del director de EL COMERCIO, Marcelino Gutiérrez, el galardón a las Ciencias de la Cultura Humana, concedido «por su perseverancia en la búsqueda de fórmulas innovadoras de sostenimiento y propagación de la cultura». Salvador Gutiérrez evocó los 131 años de historia de una entidad dedicada «a favorecer la educación de los más desfavorecidos» y su compromiso con el «fomento del progreso, la convivencia y el sentido crítico». Reivindicó también «la utilidad de los conocimientos considerados inútiles hoy por algunos»
Mari Luz Suárez, directora de la empresa El Cuco, recogió el premio en la categoría de Gastronomía «por la elaboración y comercialización de un producto ciertamente innovador, el chorizo light». Ella invitó a seguir el camino de la innovación en el emprendimiento: «Si se puede innovar en el chorizo, cómo no se va a poder hacer»
Los responsables de la revista satírica Mongolia, Darío Adanti y Edu Galán, pusieron la chispa a la gala al recibir de manos del alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez, el galardón de las Artes «por utilizar el humor como el mejor antídoto contra las dificultades de la convivencia contemporánea». Darío Adanti saludó: «Qúe ye ho» agradeciendo a Asturias «que siempre nos recibió con los brazos y los bares abiertos»; y Edu Galán pidió un aplauso para su familia «ya que habitualmente se cagan en ella». El asturiano interrumpiría a Aníbal Vázquez cuando este los elogiaba: «Alcalde, todos somos contingentes pero tú eres necesario». «Ye una pena que no tes censáu en Mieres pa votame», le replicó. El regidor elogió la labor de Serondaya e hizo una enérgica defensa de la cultura y la libertad de expresión.
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