Imanol Caneyada gana el Premio Hammett

'Litio' es una novela ubicada en el norte de México «que habla de cómo las grandes compañías mineras violan y violentan los cuerpos de las personas que viven en comunidades donde hay litio», explicaba.

Una realidad crudísima que compartía ayer escenario con el resto de premiados del certamen. 'Odio', de José Manuel Fajardo, se hizo con el Premio Espartaco, a la mejor novela histórica. Y, para su autor, era increíble verse con este trofeo porque «hace veintitrés años que vivo fuera de España y en todo este tiempo es el primer premio literario que recibo en este país», contaba. Eso hacía que estuviera «enormemente agradecido» de que el jurado hubiera valorado esta obra que es «como un puñetazo», la definía.

«Es una novela de solo cien páginas, que hace un juego de espejos de dos momentos históricos, que tienen como hilo común el odio», resumía. Nada tiene que ver la suya con 'Obra maestra', de Juan Tallón, ganadora del Rodolfo Walsh a la mejor obra de tema criminal de no ficción escrita en español. «Me siento muy orgulloso», prometía su autor, feliz de este reconocimiento a un libro que da cuenta de «cómo es un país que pierde una escultura de 38 toneladas».

Su realismo contrasta con las 'Tierras muertas', de Núria Bendicho, que se hizo con el Memorial Silverio Cañada a la mejor primera novela negra. «Estoy muy contenta de que una primera novela ha llegado a tantos, está muy arraigada dentro de la tradición catalana», explicaba, orgullosa de esta obra «de juventud, que gira en torno al suspense» y que, según ella decía, es «un homenaje a mis maestros».

Este palmarés 'semanero' se completó con 'La suerte suprema', de Mariano Antolín, que se ganó el Celsius a la mejor novela de fantasía, ciencia ficción o terror. «Yo creo que mi novela es realista», se reía Antolín al recoger el galardón. «Me parece que es de lectura fácil y que, a pesar de mi edad bastante anciana, suena a novela de joven y eso me parece un halago suficiente».