El patio del Centro de Cultura Antiguo Instituto acogió la inauguración de POEX21, con Carmen Yáñez y Jaime Priede en la mesa. PALOMA UCHA

POEX echa a andar con la unión de dos voces latinoamericanas «ejemplo de dignidad humana»

La escritora Carmen Yáñez y el Premio Reina Sofía de Poesía Raúl Zurita protagonizaron el primer encuentro de la nueva edición del festival

PABLO ANTÓN MARÍN ESTRADA

GIJÓN.

Lunes, 26 de abril 2021, 01:17

Los encuentros Poesía en Xixón (POEX) arrancaron ayer su segunda edición tendiendo un puente virtual y real hacia la lírica latinoamericana encarnada en las voces de los chilenos Carmen Yáñez y Raúl Zurita. La primera desde el patio del CCAI en Gijón y el último ... Premio Reina Sofía desde Santiago de Chile, viejos amigos unidos por la patria sin fronteras del verso y de su amarga experiencia como represaliados de la dictadura de Pinochet, volvieron a fundirse a través de las letras en un acto inaugural que contó con la presencia de la alcaldesa Ana González. Ambos escritores, definidos por el coordinador del festival, Jaime Priede, como «un ejemplo de dignidad humana», personificaban en su dura trayectoria vital y en su fidelidad al oficio de la escritura el espíritu de esta cita cultural, que es ante todo, como expresaría la regidora «un espacio en el que dialogar a través de la geografía común de la palabra».

Publicidad

El recuerdo emocionado a Luis Sepúlveda, compañero de vida de Yáñez, estuvo latente desde el repaso a la biografía de los dos poetas, que compartieron con él el destino de una generación de jóvenes chilenos «que soñamos con cambiar el mundo y durante tres años (el periodo de la presidencia de Salvador Allende) creímos que podríamos lograrlo. Luego el sueño se rompió y todo se volvió oscuro», tal como rememoró la poeta. Para ella comenzaría entonces el infierno de su paso por el centro de tortura Villa Grimaldi y después un largo exilio que la llevaría a Europa, primero a Suecia, donde pasaría dieciséis años y finalmente a Asturias junto a su marido Sepúlveda. También Zurita conocería las cárceles del régimen militar impuesto en 1973 en su país, luego, al salir de ellas, la clandestinidad y la pobreza extrema que lo forzó a robar libros para subsistir. Años más tarde dejaría testimonio de lo vivido en un solo verso trazado sobre la arena del desierto de Aracama: «Ni pena ni miedo». En los libros que irían publicando los dos poetas chilenos quedó impresa la memoria de ese tiempo aciago que les tocó vivir. De aquel sueño violentamente roto y de lo que siguió hablan 'Paisaje de luna fría' (1998), 'Alas del viento' (2006) o 'Migrazioni' (2018) de Carmen Yáñéz y 'Anteparaíso' (1982) o 'Canto a su amor desaparecido' (1985) de Raúl Zurita.

La única arma

Antes de pasar a leer sus versos, quiso el premiado con el Reina Sofía saber cómo había logrado su compañera de lectura seguir escribiendo desde su experiencia como exiliada. «He utilizado la poesía como una forma de expresar mi sentimiento y mi recorrido vital, como un arma para defenderme, la única forma de hacer memoria y contar mi historia, nuestra historia, la que hemos vivido. De todo eso he escrito para que no se olvide», afirmó Yáñez, una poeta que confiesa escuchar 'Gracias a la vida' de Violeta Parra «como un motivo para seguir levantándome cada día». «También para mí la poesía ha sido la forma de sostenerme y gracias a la vida estamos aquí», aseguró Zurita desde Santiago de Chile.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad