

Secciones
Servicios
Destacamos
En enero de 2017, Alfonso Fanjul y Mariano Luis Serna descubrían en la sima de la Cerrosa, en la localidad de Suarías, en ... Peñamellera Baja, varias piezas metálicas prehistóricas que datan en la Edad de Hierro. Tras dos años de espera, por fin pudieron extraerlas y estudiarlas a fondo, y los resultados los acaba de publicar la Universidad Complutense de Madrid, en un artículo firmado por Susana de Luis Mariño y los otros dos arqueólogos mencionados, bajo el título 'La panoplia de finales de la II Edad del Hierro de la sima de La Cerrosa-Lagaña. ¿Un conjunto asociado a las guerras cántabras?'
La interrogación la tienen los especialistas casi despejada, pero algunos datos contradictorios les hacen ser prudentes a la hora de afirmar rotundamente que los restos encontrados pertenecen a un guerrero enterrado allí con sus posesiones. Porque otra teoría es que hubiese sido asesinado y ocultado en aquella sima por sus enemigos, alejando así cualquier tipo de intención ritual.
Sea como fuere, lo que acaban de hacer público los investigadores es que en esa sima se depositaban los restos humanos de, al menos, cuatro personas, de los que tienen datación de tres de ellas. Dos de los conjuntos de restos, al parecer femeninos, están relacionados con la primera Edad del Hierro y son coetáneos a parte de los restos de fauna encontrados en el interior, así como un punzón y restos de cerámica. El que está sin datar corresponde a un niño de entre 12 y 14 años. Y los vestigios que resultan más llamativos, los de un varón cuya datación, en la Alta Edad del Hierro, en tiempos de las guerras cántabras, coincide con la de todos los objetos que se encontraron junto a él: al menos cuatro puntas de lanza y varios enmangues, una espectacular vaina de puñal y cuatro piezas de bronce muy similares en su tipología que debieron pertenecer a un mismo objeto, quizás el cinturón del que pendía la vaina con su puña. Pero también dos camas de freno de bocado de un caballo que los arqueólogos vinculan al mundo romano, una espectacular fíbula de bronce muy bien conservada, una navaja, un cuchillo...
En cualquier caso, dice el artículo, estamos hablando de «uno de los enclaves más ricos en evidencias de la fachada atlántica vinculadas a la Edad del Hierro». ¿Fue un enterramiento ritual de un valiente guerrero? ¿Un sacrificio humano utilizando el cuchillo? ¿O simplemente arrojaron el cuerpo del guerrero a la sima con su caballo y sus pertenencias? Los investigadores buscan esas respuestas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.