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PABLO A. MARÍN ESTRADA
OVIEDO.
Viernes, 5 de octubre 2018, 01:36
«El patrimonio industrial es uno de nuestros principales recursos turísticos y un elemento configurador de nuestra identidad. Por eso merece la pena de preservarlo y sostenerlo en el tiempo». Son palabras pronunciadas por el consejero de Industria, Turismo y Empleo del Principado, Isaac Pola, en la conferencia que ayer impartió en el salón de actos del RIDEA que abrió el ciclo 'Mesas de debate sobre el patrimonio industrial asturiano', organizado por la institución cultural.
La evolución de la valoración social hacia el conjunto de bienes integrados en ese patrimonio y su potencial como recurso sostenible fueron los ejes sobre los que articuló Pola su exposición, en la que enumeró las diversas iniciativas desarrolladas por la administración regional en las últimas décadas y afirmó estar «convencido de que la riqueza de nuestro patrimonio es equiparable a la de cualquier región europea y la base de un turismo identificado como producto altamente especializado y sostenible». Sobre la mesa dejó un dato: del 19% de los turistas que visita museos en Asturias, un 10% lo hace en los dedicados al legado industrial.
Una perspectiva similar la había planteado en su presentación el miembro de RIDEA y coordinador de las jornadas, Luis Jesús Llaneza González, quien tras recordar el proceso de desmantelamiento industrial sufrido en Asturias desde comienzos de los ochenta del pasado siglo declaró que «cuando estamos próximos al cierre de las ultimas explotaciones mineras hay que señalar que de glorias pasadas no se vive y el patrimonio industrial constituye un legado de nuestros antepasados y una posible fuente de riqueza para el futuro».
En su conferencia, el titular de Industria y Turismo, matizó al presentador en su alusión al cierre de minas previsto para finales de 2018 y afirmó que desde el ejecutivo del que forma parte «pelearemos porque algunas unidades de explotación que pueden ser competitivas queden en funcionamiento más allá de esa fecha y confiamos en que alguna de las múltiples gestiones que se están intensificando pueda ser exitosa». Tras el matiz, Isaac Pola, realizó un repaso histórico de cómo había evolucionado la sensibilidad hacia el patrimonio industrial desde el escepticismo inicial hasta la puesta en marcha de las primeras actuaciones para ponerlo en valor. La apertura del Museo de la Minería, el del Ferrocarril, el poblado de Bustiello, la Mina de Arnao o el Ecomuseo de Samuño fueron puestos de ejemplo por el consejero del aprovechamiento de este recurso, junto a la rehabilitación de antiguas instalaciones «convirtiendo espacios degradados en equipamientos de servicios para la comunidad», como en La Curtidora o Valnalón. El reto para el futuro pasa por «revisar el catálogo de bienes, valorarlos y priorizar nuevas actuaciones», propuso Pola.
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