En 'Gianni Schicci', la familia del marco aspira a hacerse con una herencia. FOTOS: IVÁN MARTÍNEZ/ÓPERA DE OVIEDO

El paso del terror lúgubre al humor sarcástico

La 76 Temporada de Ópera de Oviedo continuó con 'Il Tabarro' y 'Gianni Schicci' de Puccini

Domingo, 8 de octubre 2023, 01:36

'Il Tabarro' (el capote o tabardo) y 'Gianni Schicci' son las óperas extremas del 'Tríptico' de Giacomo Puccini. Extremas no solo por el lugar que ocupan, primero y último, sino también por las diferencias estilísticas y de carácter entre una y otra. 'Il Tabarro' ... es un drama trágico, de estética verista en las que muestra con realismo y crudeza, un triángulo pasional. 'Gianni Schicci' es el canto del cisne de la Comedia dell'arte italiano. Gianni representa al pícaro astuto que con sus argucias consigue cambiar un testamento, a beneficio de él mismo y su hija. Ayer, bajo la dirección musical de José Miguel Pérez-Sierra al frente de Oviedo Filarmonía y la dirección escénica de Paul-Emily Fourny, se representaron en el Teatro Campoamor, en una nueva producción de la Ópera de Metz, estas dos obras. El público estuvo algo frío en la primera obra y valoró más, por lo menos en los aplausos, la segunda ópera.

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'Il Tabarro' está ambientado en los suburbios portuarios de París a principios del siglo XX. El director de escena Paul-Èmily Fourny plantea una escenografía realista, con detalles precisos como Notre Dame al fondo de la escena, eficaz para resaltar el fondo verista de la ópera. Quizás el regista no sacó provecho a la iluminación, al pasar bruscamente del día a la noche, lo cual quita importancia a una obra que se desenvuelve en la penumbra.

José Miguel Pérez-Sierra, al frente de Oviedo Filarmonía, nos ofreció una versión de 'Il Tabarro' de buen aliento sinfónico. Excelentes los matices, los diferentes colores, con una introducción muy natural de música concreta, es decir, sirenas o bocinas. En 'Gianni Schicchi', Pérez-Sierra llevó la obra con agilidad, muy bien movida en sus 'leit motiv' que se repiten continuamente y con un cierto tono camerístico.

Las breves intervenciones del Coro Titular de la Ópera de Oviedo-Coro Intermezzo, siempre fuera de escena, resultaron correctas en 'Il Tabarro', la única obra en la que actuaron.

Es difícil pasar en poco tiempo de la tragedia a la comedia, tal como hacen los protagonistas que cantan 'Il Tabarro' y 'Gianni Schicci'. En 'Il Tabarro', Beatriz Díaz interpreta con veracidad a la mujer cansada y triste. Canta con una voz muy bella el aria 'Mi sueño era otro' y los dos dúos. Aunque José Antonio López se lució en la segunda de las óperas por él interpretadas, su representación de Michelle, en 'Il Tabarro' tuvo gran fuerza dramática y vocal. Sin duda fue el intérprete más aplaudido con una construcción del personaje del violento marino y esposo celoso de Giorgetta, de hondo dramatismo y fuerza vocal.

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El tenor Azer Zada interpretó con pasión a 'Luigi', el joven estibador, amante de Giorgetta. Le faltó proyección de la voz. Se oía débil y estrangulaba ligeramente el sonido, sobre todo en los agudos. Su timbre, sin embargo, es muy tenoril y bonito. Ana Ibarra, excelente en el personaje de Frúgala, al igual que en Zita. Es una mezzo de bella voz y buena presencia escénica.

El aspecto cómico de 'Gianni Schicci' contrasta con la tragedia de 'Il Tabarro'. Todo es vitalidad, movimiento y cierto aire bufo que impregna esta fantástica comedia pucciniana.

José Antonio López es el protagonista central de 'Gianni Schicci'. El barítono murciano, que tiene que imitar diferentes voces, desde la de Gianni hasta la del muerto Bueso Donati, ofrece un recital de impostación y emisión. De todos los personajes en escena, que casi siempre eran más de ocho o nueve, es el que demostró mayor vis cómica y capacidad para cantar con muy diferentes timbres y provocar esa comicidad sin excesos actorales.

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El papel de Lauretta, la hija de Schicci, interpretado por Beatriz Díaz, es alegre, inocente, aunque con cierta picardía. La soprano asturiana borda este rol, que contiene una de las más bellas arias de Puccini 'O mio babbino caro'. Fue la única aria que se aplaudió tras su canto, realizado con un bellísimo lirismo.

Azer Ada interpreta a Ruggiero, el novio de Lauretta, simpático y sentimental, aunque con poca potencia vocal.

El resultado final, sin ser excelente, fue convincente. Tal vez en 'Gianni Schicci', ambientado en un sótano, le faltó esa luminosidad que posee la obra.

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