Historia y estética del jardín. Ese es el objetivo de Encyclopaedia Botanica, la recién nacida editorial que surge en Asturias de la mano de Ignacio Somovilla, pero que tiene vocación universal. De hecho, el primer volumen que publica, presentado ayer en la librería Matadero Uno ... de Oviedo, mira a un jardín que se halla en la localidad gallega de Betanzos. 'El pasatiempo y otros jardines extraordinarios' es el título de la obra que firma el propio Somovilla, pero que cuenta también con la participación de tres reconocidos artistas que dan su particular visión sobre el mismo. «Este jardín lo construyeron unos indianos, los hermanos García Naveira, en el cambio de siglo del XIX al XX. Es un jardín raro, se mezclaron estilos, se decía que era un jardín enciclopédico, porque incluía varias formas de saberes», relata Somovilla. Y cierto es que así fue, porque en ese espacio se contaban todas las repúblicas latinoamericanas y sus usos horarios. Hasta aparecían los bustos de todos los papas. Se mezcló el cemento con el mármol de Carrara y el resultado fue algo tan bizarro como único. «No tiene parangón en ningún lugar de Europa», dice el autor. Ese jardín ya desapareció en parte porque fue vendiéndose a trozos. De hecho, los leones que hoy flanquean la entrada a Covadonga llegaron desde allí. Pero es que, además, tiene lecturas masónicas este lugar. Por todo lo dicho y mucho más, merecía libro propio.
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No es una obra cualquiera la que se edita. Es una suerte de libro de artista que se ilustra de una manera también singular y única. El fotógrafo gallego Vari Caramés ha generado una serie de imágenes que muestran la decadencia del espacio, mientras que Robert Waters, un artista canadiense afincado en Piloña, desde una mirada más conceptual, ha creado una serie de serigrafías que muestran también el espacio como una mirada un tanto pop. Por último, Federico Granell compone una docena de acuarelas en torno a los jardines.
Ese espacio gallego es el arranque, pero el periplo literario y artístico lleva también de otros jardines raros, como el italiano de Bomarzo del siglo XVI o hasta otros más cercanos que existen en el Naranco o Villaviciosa.
El prólogo de este primer libro lo firma Santiago Beruete, reputado autor de historiografía del mundo de las ideas del jardín, mientras que Ángel Arcay se encarga de la reflexión masónica en torno al vergel gallego.
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¿El porqué de la editorial? Somovilla, que vive a caballo entre Barcelona y Piloña y se dedica a este particular universo, lo tiene claro: «Cuando vas a Italia, Francia o Inglaterra, siempre te dicen que en España no hay tantos jardines como en esos países, pero algo hay, lo que ocurre es que si no se publica sobre ello es como si no existiese».
La apuesta por publicar, por dar visibilidad a este temática, está hecha a través de esta nueva editorial que tiene ya casi listo para ver la luz el que que será su segundo libro, una novela que tiene mucho de realidad tras de sí y una fascinante historia vinculada incluso a este primer jardín. Somovilla comisarió la muestra que el Museo Piñole dedicó a los jardines en el arte y descubrió una obra de Santiago Rusiñol que había sido donado a los museos de Gijón por un hombre llamado Sergio Mariano Colina. El jardín que retrata la obra está en Barcelona y se llama Granja Martí Codolar. Tuvo interés por saber quién era el donante, descubrió que vivía en una residencia de Amandi y lo visitó. Ya ha fallecido pero ha dejado escrita 'La apócrifa historia del Hércules enamorado y su león emasculado'. Había el autor comprado una casa de aldea y se encontró en el desván con las cartas que durante años intercambiaron dos hermanos y les dio forma y vida literaria. Delfina y Sebastián son los protagonistas. Ella monja en Betanzos con vistas a nuestro jardín en los años cincuenta del siglo pasado, y él con residencia en Barcelona y vistas al espacio que pintó Rusiñol. No está clara cuánta verdad y cuánta ficción hay en esta obra que revela aspectos curiosos sobre ambos lugares, como el tamaño desproporcionado de los genitales de un león, acordes con el tamaño de la escultura, que decían que habían sido laminados porque ponían nerviosas a las monjas. Más asuntos hercúleos se desvelan en esta curiosa obra, que, como la anterior, contará con intervención artística específica, en este caso del catalán Marcel Rubio Juliana, que creado para la ocasión una serie de imágenes que hacen de la historia una suerte de novela gráfica. En tres semanas estará en las librerías y, como el anteior, en la web botanicae.art.
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