Un soldado israelí encañona con su fusil de asalto a un niño que alza sus brazos en señal de rendición, una mujer con hiyab llora mirando al cielo, unos jóvenes con 'kufiya' lanzan piedras a los soldados, una multitud de seres humanos se mueve en ... medio de la destrucción, un muro inmenso se levanta infranqueable, dos balas se dirigen a una paloma de la paz. Palestina se hace arte sin dejar de lado el testimonio. El descomunal dolor, el relato de la desolación de Gaza y Cisjordania llega este año a la carpa del cómic de la Semana Negra, que encuentra acomodo para esa narrativa gráfica que el noveno arte ha desarrollado al hilo de un conflicto que no parece tener fin.
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'Desde el río hasta el mar. Palestina en viñetas' es el título de la muestra que no se detiene en el hoy de Gaza, sino que ahonda y abunda en todo el ayer fraguado desde hace setenta años atrás mediante la obra de cuatro creadores. Bernardo Vergara, Lorena Canottiere, Susanna Martín y Mohammad Sabaaneh firman los trazos.
Bernardo Vergara mostrará en Gijón originales de 'Palestina. Un vistazo al pasado, una mirada al presente'; fruto de un encargo del Conseyu de la Mocedá del Principáu d'Asturies, la Coordinadora de ONGD y el Comité de Solidaridad por la Causa Árabe y que «supone una exploración que conjuga la divulgación de los acontecimientos históricos más relevantes con un sentido del humor combativo», según Norman Fernández, uno de los editores del libro catálogo publicado para la ocasión y que será entregado gratuitamente el próximo día 13 en el recinto. El público podrá ver también los entresijos de la creación a través de bocetos preparatorios.
La italiana Lorena Canottiere mostrará dos historias breves, una de ellas realizada expresamente para esta muestra, que plantea una reflexión sobre cómo Europa asiste sin inmutarse a un genocidio en directo, y la otra que ahonda en la relación entre la ocupación militar israelí y la existencia de combustibles fósiles.
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Susanna Martín acerca a Gijón algunas páginas de los trabajos que ha dibujado para la URWA (la agencia de la ONU para los refugiados palestinos), centrados especialmente en la vida de las mujeres en Gaza, Cisjordania y en otros países con gran número de refugiados, como es el caso del vecino Líbano. También ella mostrará cómo se fraguan sus historietas, que combinan el trabajo manual con acabados digitales.
Hay un artista palestino en la exposición. Se trata de Mohammad Sabaaneh, autor de la novela gráfica 'Power born of dreams'. Realizada con la técnica del pirograbado, la obra se basa en la experiencia del autor en las cárceles israelíes en las que estuvo encerrado durante cinco meses tras un juicio militar por el contenido de su humor gráfico. Sirve este trabajo para bucear en el sentimiento de un pueblo que ha hecho de la resistencia una manera de ser y estar.
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Es Juan Carlos Monedero quien firma el prólogo del libro catálogo que cuenta con textos de Pepe Gálvez y Cristina Hombrados que ahondan en un estudio profundo sobre cómo la historieta ha reflejado el devenir de Palestina. De su mano se recordarán novelas gráficas como 'Palestina' y 'Notas al pie de Gaza' de Joe Sacco, la obra de los franceses Philippe Squarzoni y Maximillen Lerroy, que llegaron a ser detenidos y deportados de Israel, o la italiana Elena Mistrello, que con su 'Tracciato Palestina' ha dibujado el horror de Gaza de los últimos meses.
«Cuando Gaza se convirtió en un centro de exterminio, un anciano roto, sentado en la puerta de su destrozada casa, miraba los campos devastados. Aunque intentaba ver el horizonte, le regresaba la imagen de sus nietos y la memoria se convertía en una trampa. Con la mirada extraviada, se le llenaron los ojos del polvo que cubría los dátiles». Arranca así el texto de Monedero en este libro que es tan narrativo como reivindicativo y combativo y cuenta, asimismo, con la introducción de Miguel Barrero, director de la Semana Negra: «Palestina es al mundo que camina a trompicones por el primer cuarto del siglo XXI lo que fue Guernica para los europeos del siglo XX y un espejo incómodo en el que contemplar aquella gran verdad que enunció Ángel González cuando advirtió que la historia y la morcilla se hacen con sangre y se repiten».
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