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PACHÉ MERAYO
GIJÓN.
Domingo, 22 de julio 2018, 02:39
¿Existió realmente la Reconquista? Esa es la primera pregunta que se hace Pío Moa, escritor, ensayista e historiador gallego, que vuelve a explorar los hechos en 'La Reconquista y España'. Un libro en el que, además de sus nuevos análisis, acumula las mil teorías ... contradictorias que se han ido registrando, incluida la de Ortega y Gasset, quien escribió que «un proceso tan largo» (de 722, fecha fijada a la rebelión de Pelayo, a 1492, final del Reino nazarí de Granada) «no puede ser llamado Reconquista». También recurre Moa a Menéndez Pelayo, que antes que el filósofo negó ese periodo, en el que los reinos cristianos de la Península Ibérica recuperaron el control en manos de los musulmanes. Asegura el historiador que «quizá Ortega sacó la idea del propio Menéndez Pelayo». Tras estos dos grandes ha habido muchos otros estudiosos que han puesto en duda ya no los hechos en sí, que también, sino la pura terminología. El propio autor gallego se deja llevar por la reflexión contextual al asegurar que podría caber una sustitución: «Reconquista por Recristianización, Relatinización, Reeuropeización o el tradicional de Restauración». Hacerlo, explica, no llevaría a falsedad, sí a señales «menos adecuadas y expresivas al omitir su esencial carácter militar». Pero definitivamente considera que «el término Reconquista describe bien tal proceso».
Escrito lo cual entra en más de medio millar de páginas que recorren cada palmo de la historia y se detienen especialmente en otro capítulo que ha contado con mil detractores. El que se refiere a la mítica batalla de Covadonga y al liderazgo en ella de Pelayo, primer rey de Asturias y germen del comienzo de la Reconquista. De ambos, rey y contienda, se queda Pío Moa con el relato oficial. Eso sí una vez dada respuesta a las preguntas que todos se han hecho: ¿Realmente se produjo la célebre batalla? ¿fue Pelayo el jefe de los visigodos que huyeron a los Picos de Europa para resistir a los árabes? ¿Eran de verdad muchos menos los cristianos? ¿murieron más de ciento veinte mil musulmanes?
Las únicas respuestas escritas las ofrecen las crónicas redactadas precisamente en Asturias unos 150 años después. Es decir, no hay relato inmediato de los hechos, motivo por el que tampoco hay fe absoluta y consensuada sobre lo relatado. Se conocen la Crónica de Alfonso III (existen dos versiones) y la Crónica de Albelda. De la primera, encargada por el propio monarca, habla en profundidad el autor de 'La Reconquista y España'. Para él el que fuera el último rey de Asturias, cuyo retrato lleva al libro, tenía «una concepción política muy desarrollada» que queda manifestada, precisamente, «en el interés por historiar a sus antecesores».
Explica Pío Moa que «este rey es uno de los más importantes del periodo de la Reconquista, pues determinó el carácter y legitimidad neogóricos que con toda probabilidad tuvo espontáneamente».
El ensayo del historiador, que va ya por su segunda edición y fue uno de los más vendidos en la última Feria de Madrid, dentro de su género, expone página a página los cambios políticos, militares y culturales en España desde aquel lejano siglo VIII hasta los Reyes Católicos y la culminación, «que a ellos se debe», de la Reconquista. En su viaje Moa se detiene en los «hechos indiscutibles» hasta llegar en su 'Recapitulación' final al análisis de una doble dinámica percibida en los siglos anteriores. «De combate contra el Al Ándalus, y de integración-disgregación entre los reinos hispanos». Y subraya con especial reiteración este punto: «Todos se consideraban españoles, lo que remitía en definitiva al reino de Toledo como justificación y objetivo de una lucha secular».
Pío Moa, que además de especialista en Historia, es novelista y analista político, considera que la guerra es el elemento fundamental de todo este proceso pues «fue ante todo un fenómeno bélico, en los actos o en los espíritus». Autor de libros sobre la guerra civil, la posguerra, el primer tercio del siglo XX en España, la transición democrática y los separatismos vasco y catalán, es, según el prestigioso hispanista Stanley G. Payne, creador de una «su obra crítica, innovadora, introduce un chorro de aire fresco en una historiografía anquilosada desde hace mucho tiempo en angostas monografías».
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