Francisco Contreras, el 'Niño de Elche', en una de las salas del Museo Reina Sofía. Virginia Carrasco

El 'Niño de Elche' resucita el duende gamberro de Val del Omar

El Reina Sofía incorpora a su colección la pieza sonora del heterodoxo cantaor sobre el iconoclasta 'Auto Sacramental' del artista granadino / Mezcla 'quejíos' de honda raíz flamenca con canciones de Frank Sinatra e inquietantes sonoridades guturales

Viernes, 2 de octubre 2020, 17:32

Hace 71 años José Val del Omar, (Granada, 1904–Madrid, 1982) comenzó a explorar un territorio ignoto para el arte en España. Fascinado por el poder del sonido escribió 'Auto Sacramental Invisible', pieza radicalmente vanguardista y hoy olvidada. Otro heterodoxo, el 'Niño de Elche' ( ... 1985), Francisco Contreras en su DNI, rescata ahora el duende «divertido y gamberro» de aquella rara composición que 'relee' en una instalación sonora de 40 minutos. Se presenta en Museo Reina Sofía hasta el 26 de abril de 2021 y se incorporará a su colección.

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Val del Omar elaboró un guión en el que distribuyó minuciosamente el sonido, con voces, músicas y ruidos muy diversos a través de 14 altavoces. Fue una provocadora propuesta estética qué anticipó las reflexiones que en los años 60 propiciarían la aparición de la expresión del 'arte sonoro'.

«La colección de museo no es estática ni cerrada, e incorporando esta pieza rescatamos un momento clave de la historia de la cultura y apostamos por la multidisciplinaridad que conecta a Val de Omar con el 'Niño de Elche'», dice Manuel Borja-Vilel, director del Reina Sofía. Incorpora así el arte sonoro a la colección y da cancha «al elemento gamberro, lúdico y aventurero de ambos creadores».

Poética crítica

'Auto Sacramental Invisible. Una representación sonora a partir de Val del Omar' se integra en la personal poética del 'Niño de Elche', que se interroga de manera «crítica» sobre las guerras, el pecado original o la tecnología, e incorpora dicotomías presentes en el guión original, como modernidad-antimodernidad, propaganda-emancipación o cultura institucional y popular.

El primero de los dos espacios de la propuesta es una sala en la que se contextualiza histórica y documentalmente la creación de la composición de Val del Omar con diseño el arquitecto Lluís Alexandre. Se exhiben dos páginas de uno de los cuatro guiones que el artista granadino hizo con notas y apuntes a mano para explicar de forma «concreta» como había que articular la voz para conseguir las tonalidad deseada para esta pieza, y donde se lee: «acto primero: voces resonantes con un tono envolvente».

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El segundo y teatral espacio es el de la instalación, donde entre tinieblas y luces flotan los sonidos guturales del 'Niño de Elche', que reproduce con su voz la rara panoplia sonora que articuló Val de Omar. El cantaor ilicitano juega con el guion original mezclando los altavoces con lámparas votivas en una instalación realizada junto a el arquitecto Lluís Casanovas y que casa y entrecruza los ritmos lumínicos y sonoros. «Intentamos contaminar y habitar ese espacio», dice el artista, que mezcla 'quejíos' de honda raíz flamenca, voces atormentadas y extraños ecos con canciones de Frank Sinatra como 'My way'.

«Sinatra puede representar esta cosa de la modernidad que supone el capitalismo en nuestras vidas, pero es una referencia más, como las que aluden a Madrid, o a lo que la mística plantea sobre el padre y madre», dice el 'Niño de Elche'. «Todo eso me sirve para reflexionar críticamente sobre esas temáticas, siempre a partir de la concepción sonora de Val del Omar», agrega uno de los artistas más heterodoxos del actual panorama cultural. Reconocido por su faceta principal como cantante, su trabajo busca nuevas propuestas que aúnen disciplinas tan dispares como el flamenco, la performance, la música electrónica o el rock.

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Representado parcialmente en 1952, el auto sacramental original era prácticamente desconocido y puede entenderse como «el eslabón perdido» en la evolución estética de Val del Omar, artista crucial en la colección del museo, según Borja-Vilel. «Se sitúa entre el realismo documental del joven cineasta en la década de las 30 y su 'Tríptico Elemental de España', a partir de los años cincuenta», explica el director de Reina Sofía. Él encargó la instalación que ha producido el museo y que abre con ella su colección a otros registros. «Implica que en la época covid pensamos cómo serán los museos en el futuro. En un cambio del proceso en el que ya no se trata tanto de traer y mover cosas, cajas y aviones, sino de promover la investigación, la historia, cambiar formas de producción cultural para que sea más económica y sostenible», concluye Borja-Villel.

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