La comisaria de la muestra, Sara Moro, revela los detalles de una de las obras a los asistentes a la inauguración, entre ellos el presidente de la Junta, Marcelino Marcos Líndez, y el director del Museo de Bellas Artes de Asturias, Alfonso Palacio. Mario Rojas

«Navascués sorprendía e incomodaba»

Evolución. ·

La Junta General del Principado acoge una exposición con esculturas y dibujos del artista, procedentes del Bellas Artes, que dejan ver sus distintas etapas creativas

Ana Ranera

Gijón

Jueves, 4 de agosto 2022, 22:09

Entre las vidrieras y las escalinatas de la Junta General del Principado, desde este jueves, se esconden varias obras de arte de José María Navascués (Madrid, 1934-Oviedo, 1979). Su presencia en este emblemático palacio es fruto de la colaboración de la institución con el ... Museo de Bellas Artes, que trasladó, hasta la calle Fruela, varios dibujos y esculturas del creador. Lo hicieron con el objetivo de enriquecer las jornadas de puertas abiertas, que se celebran allí en agosto y que permitirán a ovetenses y visitantes sumergirse en la historia de este edificio y de este creador, cuyas obras sacuden a quien las mira.

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Ya lo decía Sara Moro, la comisaria de la muestra, al comienzo de la visita que guio: «Navascués sorprendía, cuestionaba y, a veces, incluso incomodaba». Y todo eso lo hizo en muy poco tiempo. «A pesar de lo corta que fue su carrera -porque la fuerza de su obra se concreta en diez años-, hay piezas muy interesantes y muy personales», resaltaba. Sus palabras cobraban sentido al toparse con la primera escultura, 'Armario', perteneciente a su serie de maderas negras. «En esta se ve la presencia figurativa del hombre. Él definía esta obra como un cuerpo masculino metido entre dos maderas», apuntaba la comisaria.

A 'Armario' le tomaba el relevo en el recorrido otra escultura exenta, 'Eros', «en la que lo abstracto es más evidente, pero, al mismo tiempo, se impone lo sugerente», indicaba. «Tiene muchas connotaciones sexuales. Vemos de nuevo la importancia que tenía la presencia humana para Navascués».

Y, siguiendo el itinerario, el visitante se da de bruces con obras de la serie 'Pilotos'. En ellas «se ve otro de los intereses del artista: la velocidad y la violencia asociada a ella. Además, nuevamente, se ve la presencia de los disfraces y, con ellos, el componente humorístico», lanzaba.

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A estas obras les toman el relevo las esculturas de la serie 'Maderas más color'. «Estas ya no son esculturas exentas, sino que son piezas frontales. Se ve su amor por la materialidad», indicaba Moro.

Y, dejando atrás la faceta como escultor de Navascués, el recorrido prosigue frente a sus dibujos. En ellos, «la naturaleza también está presente» y, tras contemplarlos, el visitante se sitúa frente a una maravillosa guillotina «que conecta con ese discurso de nacimiento y muerte» y con un piloto sin casco, «una de sus obras más conocidas».

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Con esta exposición invadiendo la Junta, su presidente, Marcelino Marcos Líndez, reconocía que la institución quiere ser «difusora de la obra de Navascués» porque consideraba que «seguimos necesitando educar nuestra sensibilidad». Para él, «este artista fue un creador imprescindible para la revitalización cultural de Asturias de los años sesenta y setenta».

A sus palabras les tomó el relevo Alfonso Palacio, director del Bellas Artes, quien ensalzaba la relación del Parlamento asturiano con la pinacoteca y reconocía su intención de «sacar adelante la antigua, maravillosa y necesaria bienal de pintura que había asociada a la Junta General». Todo sea con tal de que «la gente pueda contemplar cosas bellas», como apuntaba Marcos Líndez. Y, en esta exposición, el visitante se harta de belleza.

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