La escritora Najat el Hachmi con su trofeo como ganadora del 77 premio Nadal de novela. E.P.

Najat el Hachmi: «Los personajes femeninos están infrarrepresentados»

«Ser trilingüe no ha sido nunca una maldición», dice la escritora catalana de origen bereber y ganadora del premio Nadal 2021

Miguel Lorenci

Barcelona

Viernes, 8 de enero 2021, 00:18

Dos chicas de familias musulmanas de un paupérrimo y segregado barrio barcelonés luchan por conquistar su libertad y su identidad. Sobre sus vidas, carencias y anhelos pivota 'El lunes nos querrán', novela con la que Najar el Hachmi (Beni Sidel, Marruecos, 1979) ganó por unanimidad ... el 77 premio Nadal. Catalana de origen bereber, cree en el poder transformador de la literatura para plantear discursos «contestatarios y alternativos». Hija de familia musulmana, como sus protagonistas, el amazig es la lengua materna de la escritora y filóloga, que con ocho años llegó a Vic. Escribe en catalán y castellano y vive el trilingüismo como una bendición.

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-Es trilingüe desde niña y dice que jamás ha sido una maldición.

-Es un privilegio. Tener a tu alcance lenguas tan distintas es enriquecedor. Te alimenta y te permite acceder a la complejidad desde muy pronto. Observar la realidad desde puntos de vista muy distintos. Cuando estudié lingüística comprendí cosas que había vivido desde niña. Pasar de una lengua a otra continuamente es estimulante. Nunca fue conflictivo. Más bien todo lo contrario. Soy escritora por vivir esa alternancia. Las lenguas en sí mismas no son conflictivas. Lo conflictivo es cuando no quieres entenderte.

-Sus protagonistas son siempre mujeres. ¿Por qué?

-Escribo sobre realidades cercanas, que me generan un malestar muy específico y que tiene que ver con el sexo de los protagonistas. A nadie le sorprende que a lo lago de historia los hombres protagonicen la mayoría de las creaciones literarias. Sí sorprende que las autoras tengamos a mujeres como protagonistas. No veto a los hombres ni descarto novelar sobre ellos, pero los personajes femeninos siguen estando infrarrepresentados. Tiene razón de ser de concederles protagonismo.

-Presenta su novela como una lucha por la conquista de la libertad a través de la amistad.

-La amistad es un eje fundamental. Las protagonistas conectan profundamente, en una de esas grandes amistades de la juventud. Viven en un barrio de la periferia de la periferia, que parece que pertenezca a otro mundo, como los que conocí en Vic. Están atrapadas por condicionantes que tienen que ver con su procedencia, su sexo y clase social. Por el machismo, la asfixiante cerrazón religiosa, la precariedad laboral y los estereotipos. Su amistad es imprescindible para su supervivencia en su lucha por su libertad. El único asidero que tienen para poder seguir adelante con sus vidas.

-¿A qué alude el título?

-A las circunstancias de las amigas, que empiezan creyendo que si no las quieren bien es porque el problema está en ellas. Que deben cambiar, hacer dieta, adaptarse, perder peso, seguir las modas, las normas de las revistas y de las de la familias tradicionales. Verán que el problema no son ellas, que si no te quieren como eres es porque no te quieren, no porque debas cambiar y adaptarte para encajar en un patrón predeterminado. En la vida hay que aspirar a que te quieran como eres.

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-Recordó a Carmen Laforet, primera ganadora del Nadal, para decir que hoy como en 1945 la literatura muestra lo que acaso no queremos ver.

-Sirve para articular discursos contestatarios y alternativos al hegemónico. Entonces se hacía a través de un discurso político determinado. Hoy no hay censura, pero sí realidades invisibles, que son censuras de facto, como representar siempre a los personajes de determinadas clases sociales dominantes y dejar fuera otro tipo de personajes. La representación literaria es muy poderosa. Su poder transformador no es equiparable a ningún otro tipo de representación. Hay mucha gente haciendo activismo en redes sociales y medios sobre los temas que yo trato, pero la transformación profunda e íntima se produce de otra forma, y es ahí donde la literatura juega un papel crucial. Observo un paisaje con situaciones de malestar y sentimiento qué es importante representar literariamente.

-¿Sueña en catalán, en castellano o en amazig?

-Depende. Con mi familia hablo en catalán. Pero dependiendo de en quién piense, con quien hable o sueñe, cambio de lengua. Al escribir la novela pensaba en todas esas mujeres con las que habitualmente hablo en castellano y catalán y ha sido un buen ejercicio. Escribí dos originales, en castellano y en catalán.

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-¿Somos de donde nacimos, de donde pasamos la infancia y nos educamos, de donde tenemos el dinero o de donde echamos raíces?

-Somos de donde estén las personas que amamos y que nos aman. Al final los lugares a los que pertenecemos y que sentimos como propios son los de quienes nos importan. Creo en el tipo de pertenencia que tiene que ver con esa vinculación emocional profunda que no están en los discursos y si está en las personas con las que nos hemos ido encontrando en la vida. Pertenecemos a las personas que amamos.

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