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Iba a estrenarse en el Niemeyer este fin de semana, pero finalmente se tendrá que dejar para abril del año próximo. La pandemia ha marcado el devenir de '8.56', la obra de Julio Béjar basada en la peripecia vital y deportiva del saltador ... asturiano Yago Lamela. Cinco años de proceso creativo hay detrás de este trabajo que vio la luz en La Guindalera en Madrid hace ahora un año, que estaba programada para mayo y fue aplazada y vuelve a sufrir ahora los achaques del virus. A la tercera irá la vencida.
«Para nosotros ir a Avilés es ir a la cuna de Yago Lamela, cerrar un ciclo», afirma Julio Béjar, un director teatral que dio su propio salto vital dejando la docencia para dedicarse en cuerpo y alma a la dramaturgia. «Lo presentamos como una obra de ficción inspirada en un salto de Yago Lamela, intentamos visibilizar la problemática para rehacer su vida de los deportistas de élite», asegura el dramaturgo y director, que durante el proceso de creación se acercó a personas que conocían bien al deportista asturiano, como Manolo Martínez.
El porqué de hallar la inspiración en el salto de Yago Lamela está en Eurípides: «En 'Las Troyanas' escribe una obra de teatro sobre los crímenes que los griegos cometieron con las mujeres troyanas después de la guerra, y yo retrato la problemática de un deportista de élite, que después del éxito se encuentra con el vacío, la negación, el abandono de un país, de la clase politica», revela el autor, que considera que una vez que los deportistas dejan de ganar medallas se les abandona a su suerte. «Eso le pasó a Yago Lamela, se encontró solo, sin un gabinete de psicologos, sin personas que pudieran tutorizar su vuelta al mundo real», explica. Se recurre, pues, a una ficción para visibilizar un conflicto real. Las gimnastas podrían ser otro buen ejemplo. Y en todo ello, y en la historia de Yago, «hay algo que resuena a tragedia griega clásica».
Era un chaval de 14 o 15 años Béjar cuando vio ese salto inspirador y para él el deportista asturiano se convirtió en un icono. Porque, sostiene, «en España más que de deportes somos de deportistas». Yago Lamela, Fernando Alonso, Pau Gasol... Investigó en todos los ámbitos del atletismo, en la propia modalidad de Yago Lamela con el ánimo de intentar acercarse «a cómo puede funcionar un ser humano cuando se obsesina por algo». Y es algo es ser mejor, superarse, saltar más lejos. Hay además una relación entre el fondo y la forma. Está la obra compuesta de 16 escenas, que son precisamente los mismos apoyos con el pie de batida que Lamela –al que da vida Federico Ortiz– realiza para ese salto. «Luego el tiempo también va a saltos, la obra empieza por el final y no hay una línea realista», afirma el dramaturgo.
Tras la residencia en la Guindalera en noviembre del año pasado y tras mostrarlo en tres ocasiones, siguen esperando el ansiado y esperado estreno en Avilés. Y sigue Béjar trabajando en otros ámbitos ahora que la covid lo pone más difícil todavía. Quiere hacer de su propia casa un escenario: Teatro Pijama Festival se llamará su propuesta. Está ahora seleccionando textos que puedan encajar en espacios domésticos.
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