m.r.
Martes, 22 de noviembre 2022
Cuando Víctor Manuel San José despegó de México hacia Madrid, sabía que su amigo Pablo Milanés luchaba contra la muerte. Cuando llegó el avión a media mañana a España, el gran trovador cubano había ya fallecido. «Pasamos mucha vida juntos, muchísimos años. La gran pena es que salí con la esperanza de poder darle un último abrazo, pero no fue posible. Cuando llegué ya había muerto», contaba en una entrevista en Radio Nacional. «Es doloroso», reconocía el asturiano, quien recordó que Pablo Milanés siempre había tenido muchos problemas de salud, pero que en los últimos meses «estaba muy mal».
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Lo describía Víctor, con quien compartió escenarios, canciones y amistad, que Milanés era «un faro en todos los sentidos, un cantante extraordinario, un compositor que tiene un montón de canciones insuperables que se seguirán recordando por muchos años». Tras recordar que la música «más potente» que hay en América latina es la cubana junto con la brasileña y la influencia que tuvo en muchos artistas de uno y otro lado del Atlántico, recordó que además de todo ello «dio testimonio no solo de lo que pasaba en su país, sino de lo que nos sucedía a todo el mundo».
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Sobre su postura y compromiso político con la revolución cubana, explicó que su amigo «llevaba muchos años desencantado y enfrentado con la gente que ahora dirige Cuba. Oponía resistencia y cuando tenía que decir algo lo decía». Una postura comprensible para el asturiano. «Los que amamos Cuba vimos cómo las intenciones iniciales se minaban y se alejaban del propósito inicial». Es por eso, añadió, que «Pablo es grande porque es enorme como cantante, como compositor y como poeta. Su recuerdo será imborrable, será lo que se recuerde de Cuba, no quien esté mandando ahora, que no recuerdo ni cómo se llama», dijo el asturiano, que definió la música como «la herramienta de comunicación más poderosa que existe». Porque, a lo largo de nuestra vida, analizaba, «escuchamos miles de canciones, y no sabemos por qué algunas se quedan en nuestro disco duro para siempre, hasta los últimos días. Eso no lo tiene ninguna otra disciplina artística».
A Víctor Manuel le gustaría que Pablo Milanés fuese recordado como «un hombre bueno, cariñoso, amante de su familia y de sus amigos, y un gran defensor de su pensamiento». Sobre su música, destacó que es de esa que, cuando se escucha, «nos lleva a otra dimensión como personas». Tanto uno como otros, serán más recordados, quizás, por las canciones de amor que compusieron que por sus canciones más comprometidas políticamente. «Es una gran frustación, aunque también está muy bien que se te recuerde por las canciones de amor. El amor es el sentimiento más compartido por la humanidad. Cuando introduces la ideología en tus canciones sabes que fragmenta a quienes la escuchan. Si tomas partido no puedes gustar a todo el mundo», asumía.
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