Pablo Xurde Merino
GIJÓN.
Domingo, 7 de julio 2024, 02:00
Emoción pura. Eso fue el concierto de ayer de Víctor Manuel, que se entregó en cuerpo y alma a un Gijón ya rendido, bien arropado en la buenísima compañía de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias y el Coro de la Fundación Princesa. En el Palacio de los Deportes de Gijón, arrancó el mierense por todo lo alto, con 'Asturias', el tema más reconocible y reconocido de su repertorio por estos lares, homenajeado el día anterior en la jornada inaugural de la Semana Negra. 'Ayer vite en la fonte' dio continuación a un concierto, que siguió con 'Soledá', 'Axuntando y atropando', 'Paxarinos' y 'Duerme Neñín', con un sello cien por cien asturiano, al igual que 'El Abuelo Vitor', 'Allá arriba al norte' o 'Por el camino de Mieres', aunque tampoco faltaron títulos como 'He cortado estas flores', 'Solo pienso en ti' y 'Soy un corazón tendido al sol'.
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El consagrado músico barcelonés Joan Albert Amargós fue quien dirigió con maestría la cita musical, parte de la gira 'Víctor Manuel Sinfónico'. Esta era la cuarta vez que se juntaban el coro, la OSPA y el de Mieres sobre los escenarios. Anteriormente, habían unido sus esfuerzos y sus voces en 1999, durante la gira 'Vivir para Cantarlo', y con motivo del 75 aniversario del asturiano.
En total fueron más de 130 músicos los que se subieron al escenario para hacer posible un concierto de una altísima calidad y que apeló directamente a la piel del público. Para los asistentes la noche fue tan mágica como cargada de nostalgia, un bello homenaje a canciones que ya forman parte del ADN de todos.
El público del Palacio de los Deportes se rindió una vez más su artista más inconmensurable. Sus canciones, interpretadas con mimo por los grandes profesionales de la música de la región, llegaron sin paradas a los miles de corazones que horas antes del inicio del concierto agotaron todas las entradas.
Así que fue una velada emotiva para el público, sí, pero doblemente emocionante para un Víctor Manuel que vio a su tierra aplaudir su genio la noche antes de cumplir, hoy, 77 años. Más de siete décadas que solo se notan en su maestría sobre el escenario. 'Ay amor' abrió unos bises que el respetable deseaba eternos y en los que volvió a entonar sus grandes clásicos. Fue un regalo. Para él. Para Asturias.
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