Tras dos días de ritmos frenéticos estallando en el parque de los Hermanos Castro el Tsunami Xixón se despedía ayer con un verdadero no va más a la mayor gloria de su cabeza de cartel en esta edición: la legendaria banda Scorpions y con ella el gran concierto del verano gijonés. Miles de fans de los veteranos rockeros de Hannover, más de 15.000 según la organización, se dieron cita en el recinto del Piles para disfrutar de una fiesta que no defraudó sus expectativas y mostró la magnífica forma del quinteto, muy capaz aún de incendiar los escenarios por los que siguen soltando toda su fuerza batalladora.
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Los reyes alemanes del heavy metal contaron con un telonero de lujo, nada menos que Phil Campbell, guitarrista de Motörhead, con sus Bastard Sons, cuya actuación sirvió de pleno para caldear el ambiente propicio a la salida de las estrellas de la noche y en la que hizo gozar a un público mayoritariamente metalero con varias versiones de su antigua banda, además de los temas propios insuflados del mismo directo arrollador. Los británicos fueron precedidos a su vez por el gijonés Rafa Kas, una buena elección para preparar el terreno a lo que se iba a vivir sobre las tablas del Vibra Mahou.
A medida que se acercaba la hora de la salida de Scorpions la atmósfera en la explanada del parque lindaba ya lo épico con una enfervorizada mareona humana ocupando cada mínimo rincón desde el que poder asistir al acontecimiento. No era para menos la ocasión de ver, escuchar y dejarse arrastrar por la energía brutal de la banda liderada por Klaus Meine, imbatible frontman a sus 76 castañas, las mismas que pronto cumplirá el otro miembro original del grupo, el guitarrista Rudolf Schenker, junto al guitarra líder desde 1978, Matthias Jabs (69), la batería del antiguo percusionista de Motörhead Mikkey Dee (61) y el bajo del benjamín polaco, Pawel Maciwoda (57). La banda celebra en esta gira el 40 aniversario de su superventas 'Love at First Sting' y buena parte del concierto rescataría unos cuantos de sus hits.
Un relámpago en la pantalla gigante avanzó el inicio de la tormenta y Meine abriéndose paso con las estrofas lentas de 'Coming home' para sumarse toda la banda al trallazo de un tema que abreviaron para saludar y empalmar con 'Gas in the tank' en descarga integral. Como la igual de poderosa 'Make it real'.
«Buenas noches, Xixón», deseó el cantante antes de lanzarse a un nuevo temazo: 'The zoo', con Dee poniendo a prueba la resistencia de su batería y el resto del combo todo su motor. Tiempo para lucimiento de las guitarras de Jabs y Schenker en 'Coast to coast'. Y otro clásico: 'I leaving you'.
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En un bloque dedicado al álbum conmemorado que incluiría 'Crossfire', nueva hazaña para el que fuera batería de Motörhead. También 'Bad Boys Running Wild' y su contundente exhibición guitarrera. Aunque lo bueno vendría de seguido con el solo descomunal de Matthias Jabs en 'Delicate Dance'. Tanta energía desatada requería un respiro y llegó con las baladas 'Send me an angel' y 'Wind of change'.
El pistón volvió a subir con los decibélicos 'Tease me please me' y 'The same thrill', con momento estelar final para Dee en las baquetas. Y se lanzarían al descenso –o ascenso– final con 'Blackout' y 'Big City Nights'. Solo quedaban los bises. Pero ya todo estaba visto para sentencia: unos Scorpions en plenísima forma.
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