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Rosalía, ayer durante el primer concierto en Madrid.

Rosalía enloquece a un WiZink Center rendido a sus pies

La cantante catalana desata la euforia con un espectáculo divertido, cañero y emotivo en el que brilla su cuerpo de bailarines

Iker Cortés

Madrid

Miércoles, 20 de julio 2022, 03:26

No tuvo que hacer mucho Rosalía para calentar al público madrileño que ayer esperaba como agua de mayo el desembarco de su Motomami World Tour en el WiZink Center. Antes siquiera de que la catalana saltase al escenario, la última canción del hilo musical, una ... tonada japonesa ya a todo trapo, había puesto en pie a un auditorio entregado desde el primer momento, mientras sobre el sencillo escenario -un espacio diáfano con tres pantallas verticales, una en el centro, algo más grande, y dos a los lados- los cañones de humo hacían de las suyas. A las 21.37 horas, se apagaban las luces y comenzaba un griterio ensordecedor, tan solo apagado por el ruido de unos motores hiperrevolucionados, tan estruendosos y brutales que parecía que los asientos del palacio de deportes iban a despegar. Entraban en el escenario, con la espalda doblada y unos cascos de moto iluminados de fantasía, varias fantasmales siluetas, hasta que entre ellas se erguía la primera, una Rosalía de chaqueta y minifalda de cuero rojo que, al compás que marca la adictiva línea de bajo interpretada por el piano de 'Saoko', enseñaba por fin su rostro a una audiencia entregada durante la hora y media clavada que duró el recital.

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