El Busgosu posee a Rodrigo Cuevas en su última canción

«El busgosu ya anda suelto», así lo ha declarado Rodrigo Cuevas tras el estreno de su última canción 'Casares', donde el artista se transforma en esta criatura mitológica asturiana para contar en forma de tonada actualizada la historia de un amor.

'Casares' llega un mes después de 'Más animal' y ambos temas formarán parte del próximo proyecto artístico del autoproclamado agitador social, 'Manual de Romería'.

El Busgosu o señor de los bosques es el enemigo natural de aquellos que profanan sus dominios. Según la mitología asturiana su beso causa la tisis llevando a la muerte a sus víctimas. Su aspecto, mitad humano, mitad carnero, puede confundirse con el del Diañu Burlón, que también habita los bosques y prados asturianos, sin embargo, este último se caracteriza por sus bromas pesadas a los campesinos.

La canción de Rodrigo Cuevas, cuya letra se encuentra transcrita más abajo, viene acompañada por un videoclip dirigido por Jorge Rojas y Magdalena Orellana, en el que el busgosu y un cazador se enamoran. El vídeo, al igual que la canción se divide en tres partes. En la primera, el cazador de corazón solitario se prepara para salir al monte, mientras la canción reza: «Ay de mí, que sola sola cómo pasaré la vida si hasta las aves que vuelan piden a Dios compañera».

La segunda parte comienza después de que Rodrigo Cuevas, caracterizado como el Busgosu, hace sonar un pututu o caracola. Empieza la cacería y se establece el primer contacto entre los protagonistas, cuando el cazador debe decidir si disparar o no a la criatura mitológica. El dilema entre el deber y el querer se presenta en la letra a través del pegadizo estribillo —«Dile que no voy, que no voy, que no vaya. Dile que no voy a la fuente por agua»— y la correspondiente respuesta —«Y a la fuente voy y bebo y el agua no la amenoro, que así aumentan las corrientes con lagrimas que yo lloro»—, que deja claro el triunfo del corazón por encima de imposiciones externas.

De nuevo, es el sonido de la caracola el que marca el inicio de la tercera parte de la canción, en la que domina ya el enamoramiento: «No me mires de lado que me marean esos ojos que tienes de primavera», comienza. Esta última parte, cuenta con una letra más sugerente: «Ven conmigo, niña, vamos a Xixón y verás las olas qué bonitas son. Qué bonitas son, subir y bajar, ven conmigo, niña, y verás la mar». Precisamente, sobre el erotismo encerrado en las canciones tradicionales que inspiran al cantante, habló en su entrevista durante el programa de Jordi Évole: «El corazón habla, no sé por qué lo llamas erótico», reflexionó entonces el cantante.

Ay a las tonadas viejas (x2), que vieja me voy volviendo y ay porque yo las de ahora, ahora no las entiendo.

Tengo el corazón bordado, tengo el corazón bordado con el hilo del amor, lo tengo tan dibujado que no puedo alzar la voz.

Ay de mí, que sola sola (x2) como pasaré la vida si hasta las aves que vuelan piden a Dios compañera

Ahí arriba en aquel monte (x2) lindando con las Asturias, allí hay un pueblo que se llama Casares de las alturas.

Y a la fuente voy por agua y a la taberna a por vino y al estanco a por tabaco y al baile por ver a un primo

Dile que no voy, que no voy, que no vaya.

Dile que no voy a la fuente por agua.

Y a la fuente voy y bebo y el agua no la amenoro, que así aumentan las corrientes con lagrimas que yo lloro.

Dile que no voy, que no voy, que no vaya.

Dile que no voy a la fuente por agua.

Y agua que va río abajo, parriba no ha de volver, amores que has olvidado no los vuelvas a querer.

Dile que no voy, que no voy, que no vaya.

Dile que no voy a la fuente por agua.

No me mires de lado que me marean esos ojos que tienes de primavera.

Ven conmigo, niña, vamos a Xixón y verás las olas qué bonitas son.

Qué bonitas son subir y bajar, ven conmigo, niña, y verás la mar.

Amor mío, por otro vas a la guerra, quién tuviera un hermano que por ti fuera.

Ven conmigo, niña, vamos a Xixón y verás las olas que bonitas son

Qué bonitas son subir y bajar, ven conmigo, niña, y veras la mar.

La despedida es corta, la ausencia es larga y adiós que te diviertas prenda del alma.

Ven conmigo, niña, vamos a San Juan verás los pleneros que guapos que están.

Qué guapos que están qué guapos que están, ven conmigo, niña, y verás la mar.

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