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M. F. ANTUÑA
GIJÓN.
Sábado, 21 de julio 2018, 00:45
Fue un réquiem rebosante de notas de color, de buena música, de jazz y de tradición asturiana, de folk y música antigua. Fue un cóctel de sonidos muy especial que deleitó a un público que quería disfrutar y al tiempo recordar a un hombre inolvidable ... para la musica asturiana, René de Coupaud. Fue pianista, arreglista, productor, gestor. No hubo palo que no tocara y no lo hiciera con tino y tiento. Y ayer, en el patio del Centro de Cultura Antiguo Instituto, no cabía un alma para recordarle. Entre los presentes, su viuda y sus dos hijos, y también numerosos músicos, como Manuel Paz o Flores Chaviano. Hubo, igualmente, presencia institucional, con la concejala de Cultura de Gijón, Monterrat López, agradeciendo su generosidad y su entrega durante años antes de dar paso a la música.
En el mismo espacio en el que se ubica el Taller de Músicos de Gijón que dirigió durante un cuarto de siglo, sus amigos Isaac Turienzo, Xel Pereda y Andreas Prittwitz junto al Looking Back Trio se encargaron de ponerle banda sonora a su recuerdo en un concierto con el apoyo del Aula de Cultura de EL COMERCIO. Turienzo improvisó a ritmo de jazz, hizo sonar un bolero y una pieza tradicional asturiana dedicada a René y a Tete Montoliú; Xel Pereda y su grupo embelesaron con su música tradicional muy reelaborada para trío de cuerda y con influencias del folk americano, y, por último, Andreas Prittwitz y su grupo interpretaron piezas arregladas del Renacimiento y el Barroco con pasajes de improvisación.
René de Coupaud falleció en febrero de este mismo a causa de un infarto a los 65 años y después de una vida intensa repleta de buena música.
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