Concierto de Raphael en el Wizink Center de Madrid.

Raphael vuelve envuelto en escándalo

Las imágenes de las gradas del Wizink Center, en las que había 5.000 personas, desatan una ola de críticas en las redes sociales

colpisa

Domingo, 20 de diciembre 2020

La pandemia no ha impedido que Raphael volviera por Navidad al Wizink Center de Madrid. El artista, que celebraba sus 60 años de carrera en los escenarios, ha desatado una gran controversia y críticas en las redes sociales al haber reunido a más de 5.000 personas, precisamente cuando la mayoría de comunidades autónomas están endureciendo las restricciones de cara a la Navidad.

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España ha vuelto a superar la barrera de los 200 casos por 100.000 habitantes, con Madrid a la cabeza en la península y solo superada por Baleares. Se trata del concierto más concurrido desde el estallido de la crisis sanitaria. Desde que el pasado mes de marzo estas mismas gradas del Wizink Center de Madrid recibieran a 10.000 personas para disfrutar de Camela, ningún otro evento musical en España había recibido a tanto público.

«Qué felicidad más grande tenerles enfrente. Esta noche es muy importante para mí y sé que para muchos de ustedes también, que esto empiece a rodar», ha certificado el protagonista de la noche ante un sentimiento generalizado y una panorámica del recinto que alentaba la esperanza de recuperar la vieja normalidad. La excusa bien merecía esta puesta de largo: celebrar los 60 años en la carrera de Raphael, un aniversario que hace solo unas semanas motivó el lanzamiento del disco 'Raphael 6.0', en el que versiona con dúos de altura canciones ajenas igualmente míticas, como 'Resistiré', 'Se nos rompió el amor' o el 'Me olvidé de vivir' que popularizó Julio Iglesias.

Él nunca se olvidó de vivir, precisaba el artista incombustible nacido como Rafael Martos (Linares, 1943), que lo que sí ha hecho a menudo durante su carrera es emerger como el 'Ave Fénix' con el que puntualísimo a las 19 horas ha saltado a las tablas, fiel a su estilo, de riguroso negro pero dando espacio a la fantasía con una chaqueta de lentejuelas. Tras ese tema atípico extraído de su álbum del mismo nombre publicado en 1992, con toda probabilidad una apuesta con doble lectura por el momento que estamos atravesando, el divo no ha tardado en hacer suya otra de las joyas de su último álbum, 'Vivir así es morir de amor', de Camilo Sesto.

Donde no le llega ya la voz a los complejos quiebros y sostenidos de este tipo de canciones hercúleas lo suple la formidable banda que lo acompaña en estas citas, una quincena de músicos, incluido un cuarteto de cuerda y una sección de viento metal, todos ante un pantallón triangular y una iluminación a la medida para desplegar fogonazos y subrayar cada pasaje.

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Cerca de una treintena de temas ha habido oportunidad de escuchar a lo largo de las dos horas y quince minutos de concierto de esta noche, en el que no han faltado sus grandes éxitos, como los potentísimos (y ahora electrónicos) 'Digan lo que digan' y 'Mi gran noche', o como 'Yo sigo siendo aquel' y 'Estuve enamorado', que han puesto al gentío en pie y con ganas de soltar las horas de baile acumuladas en los meses de parón.

En su página web, el recinto detalla las medidas de seguridad sanitaria que han cumplido los asistentes, como el uso de mascarilla obligatorio o la toma de temperatura. También señalan que el antiguo Palacio de los Deportes cuenta con un sistema de ventilación para renovar la totalidad del aire cada 12 minutos, sin recirculación del aire interior.

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